Ni Escocia ni Irlanda del Norte, el próximo territorio que podría independizarse del Reino Unido son las islas Orcadas. Se trata de un archipiélago a diez kilómetros al norte de Escocia con 70 islas, de las cuales 17 están deshabitadas, 880 kilómetros de costa y 22.000 habitantes. Es uno de los 32 municipios de Escocia, que es una de las cuatro naciones que integran el Reino Unido. El martes de la semana próxima presentarán una moción en el pleno municipal para debatir si piden tener un estatus especial como territorio de ultramar al Reino Unido como las Malvinas o Gibraltar, o reclamar su adhesión a Noruega, a la que pertenecieron hasta el siglo XV.
Las Orcadas y las Shetland (archipiélago más al norte aún que las Orcadas) fueron territorios poblados por los caledonios, primero, y después por sus descendientes, los pictos, que eran las tribus que poblaban el norte de Escocia y en el siglo IX se unieron a los escotes para formar lo que hoy se conoce como Escocia. Pero a principios del siglo VIII llegaron los vikingos a las Orcadas y a las Shetland procedentes del oeste de Noruega convirtiéndose en granjeros y estableciéndose en su territorio, donde estuvieron seis siglos.
En el 875 fueron anexionadas al reino de Noruega, que más tarde se convirtió en el reino de Noruega y Dinamarca, hasta que el siglo XV. En 1468 el rey de Noruega, Dinamarca y Suecia, Christian I, ofreció casar a su hija Margarita, de 13 años, con el rey de Escocia, Jacobo III, de 17 años, para unir los dos reinos. Para casarla tuvo que pagarle una dote a Jacobo de 60.000 florines, una fortuna en aquella época.
Pero Christian I no pudo pagar porque no tenía dinero. Ni tan siquiera pudo pagar los 10.000 florines a los que se había comprometido ante la delegación escocesa que había viajado hasta la corte de Christian I. Como compensación tuvo que entregar las islas Orcadas y las Shetland cuatro años más tarde, en 1472, y pasaron a formar parte de Escocia. Y desde 1707, parte del Reino Unido.
No obstante, los orcadianos mantuvieron las tradiciones y cultura escandinavas a lo largo de los siglos. Por ejemplo, hasta mediados del siglo XIX siguieron hablando norn, que es una lengua germánica del norte, pese a que tras su anexión a Escocia cuatro siglos antes, les impusieron el escocés (otra lengua germánica, que se hablaba en el sur de Escocia). El último habitante en hablar norn del que se tiene constancia murió en 1850, aunque hasta finales de siglo hay registros de canciones cantadas con versos en norn y todavía quedan palabras en el dialecto del escocés que se habla actualmente.
A lo largo de su historia compartida con los escoceses y más tarde con los británicos, los orcanianos se han planteado de forma cíclica su pertenencia a Escocia y al Reino Unido. En el tratado de anexión de las Orcadas y las Shetland a Escocia de 1472, llamado Tratado de Copenhague, se incluyó una cláusula por la que Dinamarca podía reclamar las islas de vuelta si pagaba la dote que debía en oro y de plata, y durante más de doscientos años, las estuvo reclamando pero nunca llegó a un acuerdo con Escocia, que en 1707 se unió a Inglaterra y Gales y las islas pasaron a formar parte del Reino Unido.
Desde entonces, cada cierto tiempo el gobierno orcaniano se plantea la independencia. La antepenúltima vez fue en 2013, en la víspera del referéndum de independencia escocés. Las Orcadas querían más autonomía. El entonces ministro principal escocés y organizador de la consulta con el consentimiento de Londres, Alex Salmond, mediante la declaración de Lerwick, se comprometió a descentralizar Escocia y dar más autonomía a las islas del norte. Las Orcadas y las Shetland eran claves para Escocia y para el Reino Unido por los yacimientos de petróleo y de gas que había bajo sus aguas, unos yacimientos claves para Escocia para pedir la independencia y que ya tienen fecha de caducidad.
El gobierno nacionalista escocés dio más poder a los orcanianos y shetlanianos pero en los últimos años, con la crisis del Brexit y la guerra de Ucrania, quieren tener más control sobre su futuro económico y para lograrlo debe cambiar su estatus constitucional. Y esto pasa o bien por conseguir un estatus fiscal especial como las islas del Canal y ser considerado territorio de ultramar, o bien convertirse en un territorio autónomo dentro de Noruega, tomando como referencia las Islas Feroe, que son un territorio autónomo dentro de Dinamarca.
El líder del consejo municipal de las Orcadas, James Stockan, ha presentado una moción para debatir y votar el próximo martes para explorar sus “conexiones nórdicas” y analizar las estructuras de gobierno de las dependencias de la corona como Guernsey, Jersey y la Isla de Man. “Fuimos parte del reino nórdico durante mucho más tiempo del que formamos parte del Reino Unido -explicó Stockan a la BBC escocesa-. En las calles de las Orcadas, la gente se me acerca y me dice: ¿cuándo vamos a devolver la dote? ¿Cuándo volvemos a Noruega? Hay una afinidad enorme y una relación cultural enorme y profunda con Noruega. Este es exactamente el momento de explorar lo que es posible”.
Stockan explicó que tienen que reemplazar toda la flota de transbordadores que unen las islas con el continente, quieren quedarse con los impuestos de los ferries y también invertir en energía eólica y que la financiación que reciben por parte del Gobierno escocés es significativamente menor per cápita que la que reciben las Shetland y las islas occidentales para ejecutar los mismos servicios. “No podemos seguir como estamos”, afirmó.
Stockan dijo que nunca se había llevado a cabo un estudio en profundidad de las finanzas. “Durante los últimos cuarenta años hemos contribuido a Londres a través del petróleo del Mar del Norte y el dividendo que recibimos no es suficiente para seguir adelante", reivindicó. Los orcaniamos no se sienten muy cómodos ni dentro de Escocia ni dentro del Reino Unido. En 2014, el 67% votaron a favor de que Escocia siguiera dentro del Reino Unido (por el 55% en el resto de Escocia). En 2016 votaron a favor de que Reino Unido siguiera en la UE en el referéndum del Brexit.
En el 2017, después del Brexit y después de que el gobierno nacionalista escocés pidiera otro referéndum de independencia, hicieron su propio referéndum consultivo para pedir, primero, más autonomía de Escocia y, segundo, independizarse del Reino Unido. Votaron a favor de obtener más autonomía económica pero no a independizarse del Reino Unido. Desde entonces se ha consumado el Brexit y se ha hundido la economía británica. La situación económica del país es dramática en estos momentos. El martes próximo volverán a debatir su futuro con la vuelta a Noruega en el punto de mira.