Charlotte Durcan es una mujer inglesa de 30 años que reside en la localidad de Colne, en el condado de Lancashire. Esta madre de dos hijos tiene a sus espaldas una terrible experiencia y puede decirse que está viva de milagro, según informa 'LancsLive'. Por otra parte, una señora británica de 62 años murió tras contraer una bacteria en un hotel de lujo en Cabo Verde.
Hasta hace tres años, Durcan bebía algo de alcohol en contadas ocasiones, lo que se denomina, de forma errónea, un consumo moderado. Sin embargo, fue bebiendo poco a poco cada vez más y llegó a consumir tres litros diarios de vodka. Por cierto, que Reino Unido es uno de los países donde más borracheras se producen.
La prueba fehaciente de que Charlotte tenía un problema grave de adicción es que llegó a tener convulsiones y desmayos. Es más, sufrió un fallo orgánico múltiple que le dejó al borde de la muerte. Fue entonces cuando los médicos le dijeron a su familia que apenas le quedaban 24 horas de vida.
Además, según puntualiza 'Manchester Evening News', el cuerpo de Durcan comenzaba a temblar y sudar si no ingería alcohol. "Bebí hasta el extremo y esa es mi personalidad, no hago las cosas a medias", señaló en una entrevista concedida a Susan Newton, reportera de 'LancsLive'.
La británica aseguró que solía beber a primera hora de la mañana para "nivelar" el cuerpo. Cuando no tenía dinero para comprar vodka, echaba mano de conocidos para que le facilitaran la bebida, al menos vino. Pero era poca graduación de ella. De hecho, admite que se bebía la botella entera y no sentía efecto alguno.
"La última vez terminé en cuidados intensivos", recuerda Charlotte, añadiendo que "padecía insuficiencia cardíaca, hepática y renal. Me tuvieron que sacar dos litros de líquido de los pulmones, necesitaba oxígeno y estuve tres semanas ingresada, sin poder moverme ni hablar".
Aquella madrugada, amigos y familiares pasaron por delante de su cama para despedirse. Sin embargo, no había llegado su momento. Durcan sobrevivió y salió del hospital. Eso sí, ya siendo consciente de que necesitaba ponerse en rehabilitación para recuperarse.
Hoy en día, esta madre, después de dos años alcoholizada, lleva 11 meses sin probar ni gota, completamente sobria. Además, es voluntaria en Inspire Lancashire y participa en una campaña de concienciación sobre el consumo de bebidas espirituosas.
Charlotte mira ahora hacia el futuro con optimismo y asegura que, una vez que llegue al año sin beber alcohol, se pondrá a buscar un empleo a tiempo completo.