Hace solo unos días la noticia daba la vuelta al mundo: la Fiscalía de la ciudad italiana de Padua impugnaba las actas de nacimiento de hasta 33 niños registrados desde 2017 como hijos de parejas homosexuales, concretamente dos madres. Los hijos de estas parejas habían nacido en el extranjero a través de la donación de espermatozoides -ya que en Italia es solo posible para parejas heterosexuales- y habían sido posteriormente reconocidos en Italia como hijos de ambas madres. Lo que la justicia italiana pide es que estas actas de nacimiento sean revisadas para poder eliminar a la madre no biológica, no gestante en este caso, del registro. En base a esta solicitud de la Fiscalía podrían abrirse una serie de procesos civiles en el Tribunal de Padua para establecer cada uno de los más de treinta casos específicos. Así, la madre no biológica perdería todos los derechos con respecto al hijo y tendría que acceder a una serie de permisos para poder, por ejemplo, recogerlo del colegio y, en vía definitiva, solicitar la adopción.
La decisión llega tras varios casos, en los últimos meses, donde algunos tribunales han anulado el reconocimiento de los hijos de parejas homosexuales debido a la famosa circular del pasado mes de enero del Ministerio de Interior del Gobierno Meloni. Comunicación que pedía a los alcaldes italianos -los encargados de registrar las actas de nacimiento en los ayuntamientos- que dejasen de transcribir automáticamente los certificados de nacimiento de los hijos nacidos en el extranajero a través de la gestación subrogada y, pocos meses después, también para la fecundación heteróloga (a través de la donación de esperma). Pedían, en definitiva, que se omitiera a la madre no biológica, ya que la ley italiana reconoce la paternidad o maternidad solo a través de un vínculo biológico o una adopción. Lo que no se esperaba es que la decisión fuese también retroactiva.
Cuando se lanzó esta circular el alcalde de Milán había aclarado que la medida, en ningún caso, sería retroactiva, sin embargo es lo que ha sucedido en algunos casos específicos y lo que espera ahora conseguir la Fiscalía de Padua. En los casos en los que se anulase la segunda madre se perderían todos los vínculos legales, eso impediría que firmase cualquier permiso escolar, que fuese a buscarla o que pudiese entrar al hospital en una situación de emergencia ya que no habría un reconocimiento legal de parentela. Para adquirirlo la madre no biológica deberá acceder a un tipo de adopción específica reconocida en estos casos concretos pero que es, igual que para otras adopciones, un proceso largo, fangoso burocráticamente y difícil. Mientras tanto esa madre no existiría a nivel legal para el hijo o hija.
El contexto
Italia carece de un contexto legal para definir estos casos, por esa razón muchos alcaldes progresistas en los últimos años han aprovechado el vacío legislativo para registrar a hijos de maternidad subrogada o donación de esperma en su vuelta a Italia tras acceder a estas posibilidades en el extranjero. Es el caso del alcalde de la propia ciudad de Padova, Sergio Giordani del Partito Democratico que explicó: “Desde 2017 inscribo actas de nacimiento de niñas y niños de dos mamás. Es un acto de responsabilidad hacia los pequeños porque no acepto que sean discriminados. Hay un vacío legal que el Parlamento debería legislar”. Es el caso también de otros alcaldes como el de Roma, Roberto Gualtieri también del PD o el de Milán Beppe Sala de la coalición de centro izquierda. Ya desde 2018 la ciudad de Turín, con la alcaldesa del M5S Chiara Appendino comenzó a transcribir también los certificados de nacimiento de hijos de familias homosexuales en un gesto sin precedentes.
Es ese mismo vacío legal, paradójicamente, el que ahora permite al Gobierno derechista de Giorgia Meloni apelar a la ley para justificar esta medida en nombre de la defensa de la familia tradicional. En el programa electoral con el que el centro derecha se presentó a las elecciones del pasado otoño resaltaba precisamente esto, en palabras del propio Matteo Salvini, vice primer ministro, “los niños vienen al mundo si hay una mamá y un papá”. La propia primera ministra Giorgia Meloni hizo de su slogan, “no al lobby LGBT, sí a la familia tradicional”, en el evento de VOX de 2022 en el que se hizo famosa en toda Europa, una ruta política. Aspecto que contrasta con la línea europea, de algunos países vecinos y también a nivel internacional, donde llama la atención. El propio primer ministro canadiense Justin Trudeau “regañó” a Giorgia Meloni en el pasado G7 en Hiroshima sobre la pérdida de derechos en el colectivo LGTB en Italia.
¿Qué dicen los expertos sobre la medida de la Fiscalía de Padova?
Hablamos con Martina Botton, abogada especializada en derecho de familia en Padua que explica los aspectos más técnicos de la decisión de la Fiscalía. “Todo parte de la circular del Ministerio de Interior que dice que los certificados de nacimiento de hijos de familias homosexuales son contrarios a la ley porque el sistema legislativo italiano reconoce solo la fecundación asistida para parejas heterosexuales. Así envían una indicación a los ayuntamientos. La fiscalía abre un caso y ahora esto lo tendrá que gestionar un tribunal civil, ya que no es un delito. Los hijos, dependiendo de la decisión final de la justicia, podrían perder una madre a nivel legal y un apellido”, explica.
Desde que la medida ha sido pública a través de la notificación a las familias, el Tribunal de Milán se ha manifestado analizando la cuestión jurídica. “La rectificación de las actas de nacimiento es un procedimiento equivocado en este caso porque se usa, por ejemplo, para el cambio de un error en la escritura del nombre. Para anular el reconocimiento de una madre el proceso adecuado es otro, mucho más largo y complejo, donde se incluye también al protector del menor, que verifica única y exclusivamente sus intereses. El proceso debe incluir la postura de las madres y ser más profunda. En definitiva, el Tribunal de Milán, que es sumamente prestigioso y considerado en la profesión, dice que básicamente el problema de esta decisión es técnico”, dice la abogada. La valoración es importante, pero no tiene influencia directa sobre la Fiscalía de Padua.
La falta de un marco legislativo claro, que sí existe en otros países europeos como en España, explica la abogada, genera esta confusión. “Falta una ley que regule la situación, mientras tanto la madre no biológica podrá acceder a la adopción del hijo en común, pero lo que piden las asociaciones que luchan por los derechos LGTBI es que adoptar no es lo mismo que ser reconocido en el registro como madre, igual que la unión civil no es lo mismo que el matrimonio igualitario, que aún no es legal en Italia”, finaliza la experta.