Francia vive momentos muy tensos tras la muerte de Nahel, el joven fallecido el pasado martes en Nanterre, un barrio a las afueras de París, tras recibir un disparo de un agente de la Policía Nacional. Se han registrado tres noches de fuertes disturbios en diferentes localidades. Hay más de 870 detenidos en todo el país, unos 250 oficiales heridos y una espiral de violencia que sigue creciendo.
La versión de los jóvenes que acompañaban a Nahel señala que el adolescente de 17 años recibió el alto de los agentes y que recibió un disparo cuando trató de huir un vehículo. La actuación de los oficiales ha recibido críticas durísimas, pero ahora ha trascendido la versión de los hechos del policía que disparó al chico, quien se encuentra actualmente en prisión preventiva tras lo ocurrido. Según ha explicado su abogado, Laurent Franck Liérnard, en declaraciones a 'BFM TV', está "profundamente devastado" y pide perdón a la familia de la víctima.
El agente que disparó a Nahel es un padre de familia de 38 años que llevaba varios años al servicio del cuerpo, incluso recibió varios reconocimientos. Trabajaba hasta ahora en la Dirección Territorial de Tráfico en Altos de Sena, entidad encargada de la zona de Nanterre, pero lo sucedido el pasado martes cambió todo.
Según el vídeo que registró los hechos, el cual cobró gran relevancia en redes sociales, el oficial apunta con su arma al interior del vehículo en el que se encuentra Nahel en un control. El coche, entonces, comienza a circular y dispara.
El mismo agente practicó los primeros auxilios al joven, pero terminó muriendo a causa de "un único tiro que le atraviesa el brazo izquierdo y el torax de izquierda a derecha", según ha concluido el fiscal encargado del caso.
El oficial ha justificado en su declaración que su "voluntad" era "evitar una nueva fuga del vehículo" y que actuó de esta forma, efectuando un disparo, "por el peligro del comportamiento del conductor".
El policía asegura que "tenía miedo de que alguien fuera atropellado", ya fuera él o algún compañero. Pensó que podían resultar heridos por el movimiento del vehículo. Sin embargo, el fiscal ha indicado que "no se reunían las condiciones para el uso del arma reglamentaria".
Los sindicatos policiales, en este sentido, han lanzado críticas contra el Gobierno de Emmanuel Macron por supuestamente no haber respetado la presunción de inocencia. El prefecto de la Policía de París, Laurent Nuñez, comentó en un primer momento que el agente "tenía la confianza de la jerarquía".
Las autoridades tratan de mantener al agente en el anonimato, ya que hay temor de que su familia pueda sufrir represalias. Desde las redes sociales se ha estado difundiendo información y quieren frenarlo. El agente, tras analizarse la actuación, fue acusado de homicidio voluntario. Quedó puesto bajo custodia el miércoles y el fiscal solicitó al día siguiente su ingreso en prisión preventiva. El abogado del oficial asegura que su cliente "no tenía la intención de matar al chico".
"No se levanta por las mañanas pensando en matar la gente. No quería matarle", ha precisado el letrado. "El problema de orden público debería parar con su encarcelación, pero no es el caso ¿Qué más quieren? ¿Que le corten la cabeza en público?", ha lamentado Laurent Franck Liérnard, que afirma que su defendido considera que "ha servido de mecha". "La lluvia calma más a los alborotadores que la Justicia", ha sentenciado.