En ocasiones, los aviones tienen que realizar aterrizajes de emergencia por diversas causas, como el caso de una mujer que se puso de parto en mitad de un vuelo u otros más trágicos como el niño que falleció al caer enfermo o la mujer que también perdió la vida tras sentirse indispuesta. El 7 de junio, un pasajero que volaba en un vuelo de Air Canada, que resultó ser piloto fuera de servicio, tuvo que aterrizar el avión después de que el actual piloto quedara incapacitado. En esta ocasión, el aterrizaje no fue de emergencia, pero la oportuna presencia del piloto entre los pasajeros evitó un problema mucho mayor.
El incidente sucedió el 7 de junio durante un vuelo de 2.115 kilómetros a St. Johns, en Terranova y Labrador desde Toronto.
Aunque todas las aerolíneas cuentan con un protocolo de seguridad en vuelo, hay veces que los problemas son inevitables y hace falta algo más que un golpe de suerte. Por lo general y ante una emergencia, cualquiera está dispuesto a ayudar aunque el medio no sea al que está acostumbrado, sin embargo, no hay nada mejor que quien se encargue de ello sea un profesional en la materia.
En este caso, un pasajero se enteró de que sucedía un problema en la cabina y, tras identificarse como piloto fuera de servicio, se puso a los mandos y aterrizó el avión. La Junta de Seguridad en el Transporte (TSB, por sus siglas en inglés) informó sobre lo ocurrido a través de un comunicado. “El primer oficial quedó incapacitado durante el vuelo. Un capitán en escala asumió las funciones del miembro de la tripulación y aterrizó la aeronave sin más incidentes”, destacó. “Los servicios médicos de emergencia se encontraron con el avión en la puerta de embarque”.
Un piloto en escala es aquel que vuela comercialmente de camino a un nuevo destino.
La TSB no identificó el avión. Según el sitio web de Air Canada, la compañía suele operar el vuelo con un bimotor Airbus A-220, que puede transportar a unos 140 pasajeros, pero esta no ha respondido a ninguna solicitud de comentarios.
El protocolo de seguridad en vuelo es algo sumamente importante que se debe cumplir por encima de todo. Lo principal cuando un piloto se encuentra indispuesto en mitad de un vuelo es recurrir a la asistencia médica. Después, es cuando se pregunta si hay algún piloto a bordo de la aeronave, aunque por normativa, se obliga a que al menos haya dos pilotos a los mandos para evitar problemas, si el vuelo es de larga distancia o si se produce una grave crisis a bordo. De hecho, cuando un piloto vuela como pasajero se le considera 'Extra Crew' (tripulación extra) y tiene la obligación de identificarse ante toda la tripulación para poder ayudar en caso de emergencia.
También es importante saber que ante una emergencia, toda ayuda es bienvenida, y en caso de que no haya ningún piloto conocedor de la aeronave o incluso de la misma compañía, que es lo recomendable, un piloto deportivo también es útil.
Antes del despegue, los dos (o más) pilotos a bordo realizan un 'briefing', una breve sesión informativa, en la que la parte más importante es el cómo actuar ante un problema. Aquí impera lo que la norma denomina regla de "las dos comunicaciones", en la que los pilotos tratan de identificar si se trata de una incapacitación del compañero en el caso de que no responda tras dos intentos de comunicación.
Por otro lado, una curiosidad es que los pilotos no pueden comer lo mismo para evitar indisposiciones durante el vuelo. Esta precaución evitaría que toda la tripulación estuviese indispuesta simultáneamente por el consumo, por ejemplo, de un alimento en mal estado.
En caso de que el piloto indispuesto no se reponga no queda más remedio que desviarse al aeropuerto más cercano para realizar un aterrizaje de emergencia. Se haya conseguido o no otro piloto para auxiliar el vuelo, el que queda está capacitado para solucionar la crisis, informa La Voz de Galicia.
En la historia de la aviación comercial no se recuerda ningún caso en el que los dos pilotos hayan quedado incapacitados y un pasajero haya tenido que encargarse de un vuelo.