Es ya la mayor tragedia migratoria en el Mediterráneo. Nada menos que cerca de 80 migrantes muertos oficialmente tras el hundimiento el miércoles frente a las costas griegas de una embarcación que trasladaba a cerca de 500 personas. Más de cien niños viajaban en el barco, según la BBC y ninguno ha sido rescatado. Las imágenes previas al accidente reflejan el drama: cientos de inmigrantes hacinadas sin chalecos salvavidas. Un dato: se esperan muchos más muertos de los oficiales y solo se han salvado hombres. Los supervivientes han caído rendidos en un viejo almacén del puerto griego de Kalamata. Sirios, paskistaníes y egipcios, con hipotermia y quemaduras solares. 106 supervivientes, por ahora.
Horas antes todos ellos abarrotaban un viejo pesquero egipcio de unos 30 metros de eslora que había zarpado 5 días antes de Libia. Llevaba cientos de migrantes, entre 500 y 750 y según algunos testimonios 100 mujeres y niños en la bodega que habrían muerto ahogados en el peor naufragio de los últimos años.
Desesperados, desde Siria hay familiares que contactan con un médico griego que atiende a los supervivientes." Mi hermano está desaparecido, ¿podría decirme si sabe algo de él?". Frontex y la guardia costera griega tenían localizado el pesquero que se hundió en un desplazamiento masivo ante la confusión por el abandono del capitán. Entre los supervivientes, 6 sospechosos de traficar con humanos declaran hoy ante la autoridad portuaria.
El director de la oenegé Open Arms, Oscar Camps, habla ya de un "nuevo flujo de inmigrantes proveniente de Libia" que pretende alcanzar el sur de Grecia. "Todos estamos trabajando al otro lado del mar", ha señalado en referencia a la zona entre Libia e Italia. Camps se pregunta cuántos barcos más se han podido hundir en este camino.
"Es una tragedia de dimensiones colosales, la más grande de las últimas décadas en el Mediterráneo", ha dicho el responsable de la oenegé catalana para después destacar la peligrosidad del lugar del naufragio, la Fosa de Calipso, uno de los puntos más profundos del Mediterráneo, al sureste del mar Jónico, donde los 4.000 metros de profundidad dificultan la recuperación de cadáveres.
El Gobierno de Grecia ha declarado tres días de luto nacional. La oficina del primer ministro griego, Ioannis Sarmas, ha lanzado una frase demoledora "sus pensamientos están con todas las víctimas de los implacables traficantes, que se aprovechan de la miseria humana". Pero la realidad es que el negocio del tráfico de personas vulnerables en extremo sigue ahí, imparable. Ese dinero que surge de la miseria del otro, de la falta de moral y empatía. Un centenar han podido ser rescatados esta vez. De hecho, un yate, el Mayan Queen IV, propiedad de una de las familias más ricas de México, participó en el rescate
La Guardia Costera griega mantiene activo el despliegue de búsqueda y rescate en la zona, situada a unos 87 kilómetros de la ciudad de Pylos, en la región de Peloponeso (sur), si bien cada vez hay menos esperanzas de encontrar supervivientes. Según el diario griego 'Ta Nea', a bordo del barco podrían haber viajado cerca de un centenar de niños.
La organización Alarm Phone ha señalado en su cuenta en la red social Twitter que recibió una alerta sobre una embarcación en peligro durante la jornada del martes y agregó que en el pesquero iban unas 750 personas a bordo. "Las autoridades fueron alertadas", ha recalcado. Así, ha denunciado que "Grecia y otras autoridades europeas eran muy conscientes de la presencia de este buque, sobrecargado y no preparado para una travesía marítima". "No se lanzó una operación de rescate. A primera hora del 14 de junio, naufragó", ha lamentado.
Por su parte, la Guardia Costera griega afirmó en un comunicado que la embarcación fue detectada por un avión de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y dos buques que pasaron por la zona, "sin que pidiera asistencia". "En llamadas de teléfono consecutivas por parte de la Sala de Operaciones al buque para dar ayuda se recibió una respuesta negativa", aseguró.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) tenía registrados hasta este miércoles 48 muertes de migrantes en la zona oriental del Mediterráneo, cifra que se disparará una vez se haya contabilizado el último naufragio. Desde el año 2014 han perecido en esta zona cerca de 2.300 personas, según las estimaciones recogidas por la organización.
El secretario general de la ONU, António Guterres, "está horrorizado" por el naufragio ocurrido en las costas de Grecia, que se ha saldado con al menos 78 migrantes muertos, y ha asegurado que todas las personas que "buscan una vida mejor" merecen "dignidad y seguridad".
El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, ha afirmado que este suceso es "otro ejemplo más de la necesidad de que los estados miembro --de la Unión Europea-- se unan y creen vías ordenadas y seguras para las personas que se ven obligadas a huir" y que se deben "tomar acciones" para salvar vidas en el mar.