La muerte de Silvio Berlusconi este lunes ha provocado miles de reacciones en el mundo de la política y empresarial italiana. La mejor definición del líder del partido Forza Italia es quizá la de uno de sus rivales político, Matteo Renzi, que ha escrito en redes tras conocer su fallecimiento: "Todos hoy deben reconocer que su impacto en la via política y económica, deportiva y televisiva no ha tenido precedentes".
Hoy todos, también sus adversarios políticos, han elogiado su figura y lo que ha significado para el país. Cambió la forma de hacer política e influyó en lo que es hoy la sociedad italiana. Un hombre hecho a sí mismo que lo consiguió todo en la televisión, en el deporte y con su partido, Forza Italia.
Milanés hasta la médula, el hijo de un empleado de banca de clase media que comenzó cantando en cruceros inició una meteórica carrera empresarial al fundar con 25 años su primera constructora. En los años 70 puso en marcha una televisión por cable que emitía en uno de los barrios milaneses que él mismo había construido y creó la televisión "Canale 5".
Ese 1978 fundó Fininvest, la sociedad de cartera de la familia Berlusconi que hoy controla uno de los más potentes grupos de comunicación europea. Aficionado al fútbol, otra de sus pasiones, compró el Milán en los 70 haciendo del club, uno de los mejores equipos europeos. Fue también su trampolín político.
En 1993 funda el partido Forza Italia desde el que prometió liderar el país como había gestionado sus empresas. Y convenció: ese mismo año ganó las elecciones y formó gobiernos de coalición hasta en tres ocasiones. Su segundo mandato, de más de un lustro, fue excepción en un país acostumbrado a gobiernos muy cortos. En 2012, un año después de su dimisión, llegó su primera y única condena: cuatro años de prisión por fraude fiscal. No llegó a entrar en prisión y cumplió la pena en un centro social cuidando a enfermos. Ya en 2018 un juez le levantó la inhabilitación, lo que le permitió ser elegido eurodiputado con 82 años. Elegido después senador, cargo que ha ejercido hasta el último día, su partido forma parte de la coalición gobernante que preside Giorgia Meloni.
El ex primer ministro no solo ha tenido una trayectoria política de las más largas de la historia de Italia. Berlusconi, fundador de Forza Italia, ha ocupado en tres ocasiones la jefatura de Gobierno: entre mayo de 1995 y enero de 1995, entre junio de 2001 y mayo de 2006 y entre mayo de 2008 y noviembre de 2011.
Silvio Berlusconi, nació en Milán el 29 de septiembre de 1936, donde ha fallecido. A sus 86 años seguía siendo una figura importante de la política italiana, que dominó con el apoyo de gran parte de la sociedad. Fundador y presidente del grupo Mediaset, fue además dueño de dos equipos de fútbol, AC Milan y Monza.
El ex primer ministro de Italia, fue el hombre más rico del país, según Forbes, fundó el canal de televisión local Telemilano en los años 70, desde donde llegó a crear una red de canales a nivel nacional y posteriormente un imperio mediático. El camino de adquisiciones, compraventas y nuevas aperturas de medios televisivos y de prensa escrita terminó con Mediaset y sus ramas internacionales.
Maestro del espectáculo, fundó La Cinq, la primera cadena privada gratuita de Francia, que quebró por falta de audiencia, y adquirió acciones de los canales franceses Chain y Cinéma 5.
Además, poseía la mayor empresa italiana de publicidad y compró Telecinco en 2002. Su imperio, no obstante, se extiende a la prensa escrita. En los 90, se hizo con la presidencia del grupo Mondadori, se convirtió en editor del periódico 'La Repubblica' y de los semanarios 'L'Espresso', 'Epoca', y 'Panorama'.
Tras el éxito cosechado en sus primeros pasos en el mundo de los negocios, Berlusconi, que recibió el sobrenombre de 'Il Cavaliere', decidió dar el salto a la política, que le permitió entrar en el Palacio de Chigi en 1994, 2001 y 2008 en lo que ha sido considerado por muchos como una anomalía democrática y un símbolo de la nueva política italiana.
Su partido, también es socio de la actual coalición de derechas del Gobierno, junto a la Liga de Matteo Salvini y los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.
Berlusconi se ha mantenido hasta el final bajo el foco mediático: en las últimas elecciones ha vuelto como senador, ajeno a las polémicas judiciales, empresariales y personales que le han salpicado desde prácticamente durante toda su carrera política. A pesar de su carisma para empatizar con las mayoría, el hombre que definió la Italia del siglo XXI no logró uno de sus sueños convertirse en presidente de la República.
La clase política italiana se despide ahora de un ex primer ministro al que todos coinciden en recordar como una figura histórica para Italia, un país que no se explica, para muchos, sin un político de estas características.