El príncipe Harry se ha convertido este martes en el primer miembro de alto rango de la Casa Real británica en prestar declaración ante el juez, en el marco de un proceso contra un grupo propietario de varios tabloides en el que ha acusado a este tipo de prensa de "incitar al odio y al acoso" contra él y de tener las manos manchadas de sangre.
El testimonio del hijo menor del rey Carlos III ha llegado primero por escrito, con un amplio texto en el que acusa a la empresa propietaria del 'Daily Mirror' de recurrir a tácticas ilegales para tratar de captar información, por ejemplo espiando sus mensajes de voz durante su etapa en el colegio de élite de Eton.
El príncipe, quinto en la línea de sucesión al trono, ha sido desde su nacimiento objetivo recurrente de todo tipo de prensa y, según ha explicado él mismo, ha llegado a "asumir muchos de los titulares" que han aparecido en los medios, desde los que le describían como un "playboy" a los que le que le describían como un "cabezón" o incluso "consumidor de drogas irresponsable".
"Siento que en todas las relaciones que he tenido, sea con amigos, novias, familiares o en el Ejército, siempre ha habido una tercera parte implicada, los tabloides", ha señalado en el texto remitido al tribunal, según Sky News. El duque de Sussex ha afirmado que sentirse vigilado le hacía "sospechar constantemente" de "todo el mundo", un aspecto que relaciona también con el caso de su madre, Diana de Gales. "Siempre escuché que la gente decía que mi padre estaba paranoica, pero no era así. Tenía miedo por lo que le estaba pasando y ahora sé que yo también sentía lo mismo", ha argumentado. Y califica comportamiento criminal lo que llama ataques personales e intimidación contra su mujer, Meghan Markle.
El príncipe Harry ha defendido su interés por "llegar al fondo de una vez por todas" para que los medios rindan cuentas por lo que considera una "intrusión" en su vida privada. En su caso, circunscribe los supuestos excesos al periodo entre 1996 y 2010 y habla de pinchazos telefónicos, engaños o contratación de detectives. Los argumentos del duque de Sussex, que también ha expuesto parcialmente en sus declaraciones públicas recientes, suponen una crítica directa al sistema general de medios en Reino Unido, ya que considera que la prensa sensacionalista en algún modo sintió que le "poseía" sólo por ser miembro de la familia real.
Los abogados del Mirror Group Newspapers, por su parte, alegan que parte de las informaciones criticadas por el príncipe Enrique se obtuvieron antes de que tuviese teléfono o que otras muchas eran ya de dominio público. El tribunal examina 33 de los 140 artículos presentados por los demandantes, que cifran en más de 2.500 los publicados en 14 años. El príncipe ha viajado 'ex profeso' a Reino Unido para asistir al juicio que tiene lugar en Londres, ya que reside en Estados Unidos desde que, junto a su mujer, Meghan Markle, decidió apartarse de sus principales labores como miembro de la Casa Real. En este tiempo, ha cargado también contra su propia familia, acusándola de situaciones de acoso o racismo.