La mayoría de niños tienen su primer teléfono móvil a partir de los nueve años, aunque algunos expertos advierten que, a no ser por una causa de fuerza mayor, esto no debería de ser así hasta la edad de los quince o dieciséis.
Muchos padres querrían retrasar la edad a la que entregan un móvil a sus hijos, lo que se termina convirtiendo en una tarea complicada porque no sólo deben luchar contra el deseo de sus hijos, sino que también contra la presión del "es que todos mis amigos tienen" y tratar de no excluir a sus vástagos del círculo social cuando el resto de sus compañeros ya sí han conseguido convencer a sus padres y se comunican entre ellos a través de aplicaciones para dispositivos móviles.
Así, los padres de ocho colegios de primaria del municipio irlandés de Greystones, 30 kilómetros al sur de Dublín, se han unido para decir a sus hijos que no pueden tener un teléfono móvil hasta que vayan al instituto y presentar una respuesta unificada ante las insistentes demandas de los pequeños.
"Es mucho más fácil decir que no. Si todo el mundo lo hace, no te sientes como si fueras el único" explica Laura Bourne, madre de un niño en los primeros cursos de primaria, en declaraciones recogidas por el diario The Guardian.
La iniciativa de eliminar la telefonía móvil de las manos de los más pequeños ha sido pactada entre las familias y los centros educativos y, pese a ser algo voluntario, la medida ha sido adoptada por prácticamente todos.
La idea surgió ante la preocupación de padres y profesores que observaron que los pequeños del pueblo estaban siendo expuestos a contenidos no adecuados para su edad, lo que también alimentaba su ansiedad y "acortaba su infancia", asiente Rachel Harper directora de uno de los colegios impulsores.
Antes del acuerdo, los colegios ya restringían el uso de dispositivos móviles, pero observaban de todos modos el efecto que las redes sociales tenían en los niños y la desigualdad que se creaba con los que no tenían acceso a estas tecnologías.
Por este motivo, familias y educadores se pusieron de acuerdo para ir un paso más allá y erradicar los 'smartphones' de la vida de los escolares también en casa y el espacio público.
En vista de lo positiva que las familias de Greystones valoran la experiencia, incluso el ministro de salud irlandés se ha pronunciado sobre el tema con un artículo publicado en The Irish Times: "Creo que deberíamos estudiar alguna forma de este enfoque a nivel nacional en términos de protección de la salud mental de los jóvenes".