Prisión para un hombre que abandonó y dejó morir a su novia de 20 años tras sufrir un accidente de tráfico
Un hombre británico ha sido condenado por huir del lugar y dejar morir a su novia tras un accidente de tráfico
Nathan Towers, de 33 años, no tenía carnet de conducir ni seguro y señaló que era un amigo quien conducía
Jess Waterman falleció en el hospital poco después y cuando estaba a sólo tres días de cumplir los 21 años
Nathan Towers, un hombre británico de 33 años, ha ingresado en prisión tras ser condenado a cuatro años y tres meses de cárcel. El motivo es que, el 19 de febrero del año pasado, tuvo un accidente de tráfico junto a su novia y huyó del lugar, abandonando a la joven. Jess Waterman falleció unas horas después en el hospital, cuando estaba a sólo tres días de cumplir los 21 años. Por otra parte, en EEUU, una mujer perdió la vida horas después de su boda en un accidente.
Towers, que no tenía carnet de conducir, ha sido condenado tras causar la muerte de su pareja por conducción imprudente y por pervertir el curso de la justicia y fraude, según informa el diario 'Daily Mail'. El propio Nathan se declaró culpable de múltiples cargos cuando compareció ante el tribunal el pasado 25 de abril.
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El condenado, sin carnet de conducir, culpó a un amigo
Jess Waterman murió al poco tiempo de ser ingresada, ni siquiera llegó a las 24 horas tras el accidente. Su novio, una vez que se marchó de la escena donde se produjo el trágico suceso, en Epping, en el condado inglés de Essex, llamó por teléfono a los servicios de emergencias.
El fraude por el que Nathan ha sido condenado se debe a que, como no tenía permiso de conducir, ofreció datos falsos a una compañía de seguros. Y, lógicamente, no disponía de póliza ni cobertura alguna.
Además, después de ser arrestado, Towers dijo a los agentes que había comprado el vehículo, un Mini de color rojo, unos días antes del siniestro. Por si fuera poco el despropósito, también aseguró que era un amigo quien conducía aquella fatídica noche.
Los oficiales que se desplazaron hasta la vivienda de Nathan hallaron su teléfono móvil escondido entre los listones de la cama y descubrieron que el número coincidía con el que se había empleado para advertir de la colisión.
Además, la Policía se percató de que la lavadora estaba en funcionamiento cuando era ya la una y media de la madrugada. En el tambor del electrodoméstico estaba la ropa que el acusado llevaba cuando recogió en su domicilio a su pareja, según se comprobó en unas imágenes captadas por las cámaras.
Tras conocer la sentencia, la familia Waterman señaló que "hoy hemos visto algo de justicia para nuestra amada hija, pero nunca podremos perdonar ni olvidar las acciones frías, tranquilas y calculadas de Nathan Towers".
Los progenitores de Jess manifestaron que la joven era "hermosa, vibrante y cariñosa" y que el dolor que ellos sienten ahora es "indescriptible", añadiendo que "no le desearíamos pasar por esto a nadie".