Nakala Murry es una mujer que vive en la localidad estadounidense de Indianola, en Iowa, y que ha denunciado un nuevo caso de abuso policial. En este caso, la víctima habría sido su propio hijo, Aderrien Murry: un niño de solo 11 años que recibió un disparo por parte de un policía.
Según ha denunciado a los medios locales el abogado de la familia, Carlos Moore, el pequeño que recibió el disparo del agente ahora se recupera de las heridas y las secuelas psicológicas que le ha producido este ataque.
Todo ocurrió cuando el padre de uno de los hijos de Nakala Murry se presentó en el domicilio familiar en un estado muy agresivo. Nervioso y exaltado, el hombre empezó a discutir con la mujer en actitud agresiva. Viendo la situación, Aderrien Murry decidió llamar a la Policía alertando de la situación.
Nada más recibir la llamada, una patrulla se presentó en el domicilio familiar. Sin embargo, el hombre logró huir antes de que llegasen los agentes. Una vez llegaron a la casa familiar, los agentes se bajaron del coche patrulla y llamaron a la puerta.
Entonces, la madre del pequeño les aseguró a través de la puerta que el hombre ya se había marchado y que en el domicilio solo quedaban ella y sus tres hijos pequeños. Queriendo comprobar la veracidad del discurso de la mujer, los agentes insistieron en poder entrar en la vivienda.
Viendo que nadie les abría, los policías aporrearon la puerta y pegaron patadas mientras empuñaban sus pistolas. Fue entonces cuando Nakala Murry les abrió la puerta y los agentes obligaron a la mujer y a los tres niños a ponerse las manos en la cabeza. En uno de los momentos del estado de tensión, un agente apuntó al pequeño Aderrien Murry y le disparó en el pecho.
Afortunadamente, los servicios médicos se presentaron al momento y consiguieron trasladar hasta el hospital con vida al pequeño. Aderrien Murry permaneció cinco días ingresado en el hospital mientras se recuperaba de las heridas causadas por el disparo.
Ahora, el pequeño intenta recomponerse psicológicamente y su madre pide y exige justicia. La madre del pequeño Aderrien no consigue sacarse ese momento de su cabeza y lo recuerda completamente devastada y enfadada: "Me preguntó '¿Por qué me disparó? ¿Qué hice?' y empezó a llorar".
"Ese fue el peor momento de mi vida y siento que a nadie le importa. Ese es mi hijo", declaraba Nakala Murry ante los medios mientras se rompía en un mar de lágrimas.
La intención de la madre del pequeño Murry es que se produzca una investigación completamente trasparente y clara y que se publiquen las imágenes de la cámara corporal de los agentes para poder ver exactamente qué pudo pasar para que el policía disparase al niño y casi le quitase la vida.