Los insultos racistas al jugador del Real Madrid Vinícius Jr. pueden jugar en contra de la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos para acoger la celebración del Mundial de Fútbol 2030. Más allá de que en algunos estadios españoles se escuchen más o menos insultos racistas, el impacto mediático en su país de los ataques a Vinícius Jr. (Brasil es una potencia futbolística con mucho peso en la FIFA y entre las federaciones suramericanas) y en los medios anglosajones puede frenar el impulso de la candidatura que se veía hasta ahora como favorita. Además de la candidatura que impulsan Madrid, Lisboa y Rabat, ya hay varias, algunas confirmadas y otras que serán confirmadas en los próximos meses. La FIFA deberá tomar una decisión en algún momento de la segunda mitad de 2024. Cada federación nacional tiene un voto pero los informes de FIFA sobre las candidaturas tienen mucho peso.
La primera candidatura oficialmente presentada fue la de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Entre sus puntos fuertes tiene la victoria de Argentina en Qatar 2022, que el principal país de la candidatura no haya acogido una Copa del Mundo de fútbol desde 1978 (habrían pasado 52 años) y que el Mundial llegaría por primera vez a países muy futboleros como Uruguay, Chile y Paraguay. Argentina organizó con éxito el año pasado el Mundial sub 20.
La segunda candidatura presentada no tiene continuidad geográfica, incluye a dos dictaduras (Egipto y Arabia Saudí) y con ellas a Grecia. De las presentadas hasta ahora es que menos potencial tiene y reúne a tres países futbolísticamente menores. Que Qatar organizara el Mundial 2022 también frena una apuesta cuyo principal financiador sería Arabia Saudí.
Hay conversaciones políticas para presentar otras, como la que reuniría a Colombia, Ecuador y Perú y está casi oficializada una de las islas británicas. Las cinco federaciones nacionales (Escocia, Gales, Inglaterra, Irlanda e Irlanda del Norte) se unirán tras la misma candidatura.
Los medios especializados daban como favorita a la candidatura de España, Portugal y Marruecos por varias razones. Las infraestructuras secundarias necesarias (aeropuertos, transportes, servicios hoteleros, etc.) son los de tres países turísticos que no tendrían problemas en asumir la llegada de millones de aficionados. Varios de los mejores estadios de Europa están en España y Portugal renovó los suyos para la Eurocopa de 2004. La inversión en comparación con otras candidaturas sería mínima. A eso se une que España y Portugal son vistas desde hace tiempo como potenciales candidatas al título y el despertar de Marruecos como potencia futbolística en el Mundial de Qatar del año pasado. El remodelado Santiago Bernabéu puede rivalizar con cualquier estadio del mundo para acoger una final de ensueño para la FIFA.
El nivel de las infraestructuras de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay es menor, aunque el potencial futbolístico de sus selecciones sí coloca a esas candidaturas entre las favoritas. Pero la inversión necesaria para modernizar estadios lastra a una candidatura cuyo principal país vive en continua crisis económica. Egipto y Grecia no tienen estadios del nivel de los ibéricos, aunque nadie duda de que Arabia Saudí tiraría la casa por la ventana de conseguir ser un organizador. La candidatura Inglaterra y sus vecinos tiene las infraestructuras, un equipo potente (el inglés), cuatro equipos menores y el problema de buscar aliados para conseguir votos suficientes. Pero tiene un poder mediático como pocas.
Los medios anglosajones sacaron desde el domingo toda su artillería. El Reino Unido es de los países que en las décadas pasadas más ha luchado contra el racismo en el fútbol y contra la violencia en general en el fútbol. Ven que otros países no han hecho la misma labor.
El entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, recordaba este martes que los equipos visitantes van a los estadios en España escoltados por varias furgonetas de antidisturbios cuando en la liga inglesa esas imágenes dejaron de verse hace años. Los medios británicos han dado mucha relevancia a las protestas de Vinícius Jr. Un representante de futbolistas internacionales, con clientes en la Premier League inglesa y en varias selecciones nacionales, cuenta bajo condición de anonimato que entre los jugadores sí hay preocupación por el racismo en los estadios, sobre todo en los últimos años y que muchos no querrían que el Mundial 2030 se juegue en campos españoles. El seguimiento de La Liga española en los medios británicos es tal que hay, como en el caso de 'The Guardian', hasta un corresponsal en Madrid para seguir únicamente fútbol.
Martín Voogd, jefe de la sección de Deportes del diario argentino ‘Clarín’, el mayor del mundo en lengua española por número de suscriptores y el más influyente en Suramérica, recuerda que la elección de la sede del Mundial 2030 está cerca y que “la FIFA es políticamente correcta en extremo. Y es posible que no vea con buenos ojos estos episodios que lamentablemente se repiten en los estadios de España”. Voogd señala que “de hecho, Infantino (el presidente de la FIFA) fue uno de los primeros que salió a respaldar a Vinícius Jr. con un mensaje solidario en sus redes sociales”. También que “a un día de inicio del Mundial de Qatar, Infantino dio un durísimo discurso contra las ‘lecciones de doble moral’ de Occidente: ‘Hoy me siento qatarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador migrante’, arrancó Infantino un largo monólogo. Por lo tanto, si sostiene su postura, es posible que no le guste nada lo que ocurre en España.
En cuanto a la candidatura en la que participa Argentina, Voogd cree que “parece muy lejana. Si bien se trabaja activamente desde el Gobierno y la AFA (la federación argentina) y se muestra el Mundial Sub 20 organizado contrarreloj como muestra de la capacidad de organización y logística, la agenda pasa claramente por otro lado entre la crisis económica y la lucha por las candidaturas en las elecciones.