¿Es España un país racista?: "El fútbol refleja el racismo que hay en la sociedad"
Los sociólogos consultados por NIUS consideran que España sí es un país racista y no solo por episodios como el de Vinicius
Según el CIS, el racismo no es visto como uno de los principales problemas del país
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En un país donde, según el CIS, el racismo no es visto como uno de sus principales problemas, sorprenden los insultos a Vinicius. ¿Es España racista? "Evidentemente", responde el sociólogo y escritor Carlos Delclós. "La primera vez que escuché esto de los cánticos llamando simios a jugadores negros fue hace 20 años y 20 años más tarde estamos con el mismo tema. España sí es un país racista y además es un país autocomplaciente con su racismo. Hace 20 años le hacían lo mismo a Eto’o y hace 10 años a Dani Alves. En 1998, quizás había excusa, cuando solo el 2% de la población era migrante y se empezaba a ver personas de otros colores". Ahora, más del 15% de la población ha nacido en el extranjero. Ya no hay ninguna excusa, explica Delclós, para quien "hacer cánticos y llamar mono a una persona es siempre inaceptable".
En realidad, “todos los países son racistas”, añade Raúl Martínez-Corcuera, profesor de comunicación de la Universidad de Vic y experto en temas de discursos de odio. España no es una excepción, indica Martínez-Corcuera. “Somos un país racista, lo demuestran nuestras leyes y las actuaciones con la población migrante, fiel reflejo del racismo que existe en la sociedad, auspiciado por los movimientos de extrema derecha”. Leyes racistas como la de extranjería, considera también Carlos Delclós. Una norma que “impone que existan ciudadanos de primera o de segunda según su origen y su nacionalidad que en España tiene una definición muy racializada”, explica el investigador de la UAB.
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A pesar de todo ello, el racismo, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), no está entre los 50 primeros problemas de los españoles. De hecho, está en el vagón de cola, justo por debajo de la ocupación de viviendas y antes de la Monarquía. El racismo solo es visto como un problema por el 0,3% de los encuestados. Otra cosa es la inmigración, que sí supone uno de los principales problemas para el 3,8% de los consultados y sí es uno de los 20 primeros problemas de España, justo por debajo de la Guerra de Ucrania.
Un "enorme sufrimiento" en todos los países del mundo
¿Es entonces el racismo considerado como un problema solo por quien lo sufre? Eso indican los informes oficiales de organismos como el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (0BERAXE) del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Porque el racismo y la xenofobia siguen siendo las causas más frecuentes de discriminación, producen un "enorme sufrimiento" en todos los países del mundo y dificultan el progreso de las sociedades democráticas, señalan en el Observatorio.
Tal y como lo define la Comisión Europea, el racismo es la creencia de que, la raza, el color, el idioma, la religión, la nacionalidad o el origen nacional o étnico, justifican el desprecio a una persona o grupo de personas o la superioridad de una persona o grupo de personas. Algo que no se da solo en España, sino que se repite en todos los países del mundo, aunque con distinta intensidad.
El mapa del racismo en Europa
Un estudio asociado a la Universidad de Harvard mostró en 2017 con qué facilidad los ciudadanos europeos blancos relacionan las caras negras con ideas negativas. Así se trazó el mapa del racismo en Europa en el que España no sale bien parada, con unos índices de racismo peores que los de Francia o Alemania, aunque mejores que los de Portugal o Italia.
Este desprecio al diferente está detrás, además, del aumento de los delitos de odio relacionados con el racismo y la xenofobia, que se incrementaron un 20% desde 2019 hasta 2021, según los datos recogidos por el Ministerio del Interior. Ese año, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España registraron 1.902 episodios de odio. De todos ellos, la mayoría (639 casos) fueron motivados por el racismo y la xenofobia.
El observatorio Español del Racismo y la Xenofobia
La pregunta sobre la que gira este artículo, "¿Es España un país racista?", también la responde Karoline Fernández de la Hoz, la directora del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia. "Conforme nuestro país se va haciendo más diverso, las manifestaciones de intolerancia se hacen más evidentes y más frecuentes, porque, además, a diferencia de décadas atrás, ahora son recogidas, analizadas y pueden ser denunciadas penal y/o administrativamente", ha asegurado.
España como país "no se puede decir que sea un país racista", pero sí hay comportamientos racistas y son mucho más habituales de lo que dicen los datos. "Hay que tener en cuenta además que un 90% de los incidentes no se denuncian, por diferentes motivos, como la falta de confianza en que se vaya a resolver algo, porque las personas que sufren delitos de odio normalizan la situación, porque no conocen que tienen derecho a denunciar o incluso por la vergüenza de haber sido víctimas de un incidente de este tipo", explica Fernández de la Hoz.
En los campos de fútbol, pero también en los trabajos o en la vivienda
Odio y rechazo coreado en masa en los estadios de fútbol, pero que los migrantes también sufren en otros muchos ámbitos y situaciones como a la hora de acceder a una vivienda o conseguir un trabajo. Según el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, la pandemia ha potenciado imaginarios racistas y xenófobos en la sociedad española, los cuales se han normalizado tanto en sectores sociales como en un ámbito político cada vez más polarizado. Se trata de un peligro latente ante el cual es fundamental mantenerse alerta, integrado en el sistema de valores vigente, y que se manifiesta cuando el miedo colectivo se agudiza y enfoca la fuente de la amenaza percibida en quienes son representados como “otros”.
España "no era racista", considera el filósofo Roberto R. Aramayo, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. De hecho, argumenta, la brutal masacre del 11M no desató persecuciones hacia una determinada religión. Pero "ciertas formaciones políticas lo pueden cambiar todo", como sucedió en la República de Weimar con el advenimiento del nacionalsocialismo, explica Aramayo a NIUS.
"Las políticas de un partido como Vox podrían avivar el racismo dada la penuria economía que atraviesa buena parte de nuestra ciudadanía. Con todo, no se promulga una ojeriza contra lo extranjero, sino contra quien es pobre, al igual que comenzamos a desdeñar la vejez, porque ya no son productivos y no encajan en una sociedad mercantilista", señala el filósofo. Por todo ello, Roberto R. Aramayo quiere creer que España sigue sin ser un país racista aunque teme que puede llegar a serlo debido "al empeño interesado de algunos partidos políticos ultraderechistas".