La coronación de Carlos y Camila culminará el largo y viaje de Camila de ser una de las personas más impopulares del país a colocarle la corona de reina de todos los británicos y supondrá la definitiva entrada en escena de toda su familia, los Parker Bowles, o los Shand, que es el apellido de soltera de Camila. En las primeras filas de la abadía de Westminster estarán sentados los dos hijos de Camila, Tom Parker Bowles y Laura Lopes, sus cinco nietos, su hermana, Annabel, que recientemente ha enviudado, los hijos y nietos de Annabel, y también el exmarido de Camila y padre de Tom y Laura, el brigadier Andrew Parker Bowles, con quien Camila estuvo casada veinte años.
La presencia del exmarido de Camila ha levantado una cierta suspicacia porque no ha sido invitada la exesposa del príncipe Andrés, Sarah Ferguson, con la que sigue conviviendo. De alguna manera, esta ceremonia confirmará un relevo familiar en los Windsor. Serán apartados los Andrés y Enrique con roles cada vez más residuales para dar paso a los Parker Bowles, que irrumpirán en escena en esta coronación. Sus rostros no son muy populares porque se han mantenido durante todos estos años en un plano muy discreto.
Tom Parker Bowles es el mayor de los dos hijos de Camila. Tiene 48 años y es uno de los más reputados críticos culinarios y escritores de alimentos del país. Ha publicado ya siete libros de recetas y de historia de los alimentos. Su cara es conocida por ser uno de los miembros del jurado de la versión británica de Masterchef. Fue educado, al igual que su hermana, en una escuela privada en el condado de Wiltshire y luego asistió a la escuela de Eton, una de las dos más elitistas de Inglaterra, y estudió Inglés en la Universidad de Oxford. Tras licenciarse, trabajó un tiempo en una agencia de publicidad, pero su gran pasión era escribir sobre comida, una pasión que ha contado que le transmitió su madre.
A los 27 años, en 2001, fue contratado como columnista de comida por la revista de moda y de la alta sociedad Tatler, donde también estaba escribiendo su hermana, Laura, cuatro años menor. Más adelante fue editor de comida de importantes revistas como Condé Nast Traveller y Esquire, y ha sido colaborador de dominicales y de revistas. En el año 2004 publicó su primer libro de los siete que lleva publicados en total, entre los cuales están sus memorias culinarias. El año 2010 ganó el premio al mejor escritor culinario en Reino Unido.
Se casó con Sara Bays, editora de la revista Harpers Bazaar, con la que tuvo dos hijos y ahora están divorciados. Ha aparecido en bastantes programas de televisión para promover sus libros y, aunque le han intentado tirar de la lengua para que hablara de Carlos o de Meghan o de Harry, suele eludir las respuestas llevándolas educadamente a otros terrenos para evitar protagonismo. Aunque en varias ocasiones ha salido en defensa de su madre, siempre maltratada por la prensa.
Por su parte, Laura Parker Bowles estudió historia del arte en Oxford y, tras aquella breve etapa en la revista Tatler, enseguida se encaminó hacia el arte y las galerías de arte. Con apenas veintidós años ya gestionaba una galería en Belgravia, una de las zonas más lujosas de Londres. Durante tres meses trabajó en la Peggy Guggenheim de Venecia y a los 27 años fundó su propia galería, que se llama Eleven Gallery, en Londres.
Se casó joven con Harry Lopes, descendiente de dos de las familias con más solera en la aristocracia británica. Por parte de padre, del Barón de Roborough, y por parte de madre, del Barón de Hever y de la familia Astor, una de las más familias más importante en Reino Unido y los Estados Unidos, detrás del imperio de los hoteles Astoria, entre otros imperios. Harry Lopes se formó como contable y ahora es hombre de negocios.
La relación entre los hijos de Carlos y los hijos de Camila fue tensa mientras vivía Diana. Fue tensa sobre todo entre Laura Lopes (entonces Parker Bowles) y el príncipe Guillermo cuando eran dos adolescentes, según explica en su biografía de Guillermo y Enrique, Katie Nicholl. Guillermo acusaba a Camila de haber hecho infeliz a su madre, la princesa Diana, por entrometerse en el matrimonio con sus padres. Y al escuchar esto, Laura enfurecía y le tiraba por cara que su padre le había arruinado la vida. Culpaba al entonces príncipe Carlos de haber destrozado el matrimonio de sus padres, que se divorciaron en 1995 pero llevaban muchos años separados. Nicholl explica también en el libro que cuando Carlos llamaba a su madre a su mansión de Wiltshire, Laura levantaba lel otro auricular del teléfono y le gritaba a Carlos que por qué no dejaba de llamar a su madre y dejaba a su familia en paz.
Tom y Laura confesaron que sus compañeros de colegio se burlaban de ellos por todos los rumores de la relación entre Camila y Carlos. Con el tiempo los ánimos se pacificaron. Los cuatro hermanastros, asistieron a la boda civil de Carlos y Camila en Windsor. Tom y Laura también asistieron al funeral de la reina. En los últimos años se los ha visto juntos en más de una ocasión y la relación de los hijos de Camila con Carlos se ha normalizado. Siempre han mantenido un rol secundario. Una vez le preguntaron Tom Parker Bowles qué sentía al ser parte de la familia real y él decía que él era miembro de la realeza, que él era "'plebeyo".
Ahora lo serán. Se convertirán en los hijos de la reina y del rey. Y aunque no entran en la línea de sucesión y no tienen derecho a ningún título nobiliario, se los podrían ofrecer en un futuro. En la ceremonia se situarán en las primeras filas, detrás de su madre. Tres de sus cinco nietos serán, junto con otro sobrino nieto, los pajes de honor de Camila, los que le sujetarán la capa en su paso hacia el centro de la capilla de Eduardo el Confesor, donde será coronada.