La familia de Emanuela Orlandi, desaparecida hace 40 años, señala a Juan Pablo II
El pasado mes de enero, a petición del papa Francisco, el Vaticano abrió finalmente el caso
Convocado por el promotor de Justicia de la Santa Sede, el hermano de la desaparecida señaló al entorno de Juan Pablo II
El papa Francisco ha tenido que salir en defensa de su predecesor este domingo: "Son suposiciones sin fundamento"
Cuando se acerca el cuarenta aniversario de la desaparición de la joven Emanuela Orlandi, ciudadana del Vaticano, que a finales de junio de 1983 salió de casa, como cualquier otra tarde, para no volver, el caso parece dar un giro por primera vez dentro de los muros vaticanos.
Cuatro décadas donde la familia de la joven no ha dejado nunca de buscar una verdad que, en años y años de pistas de todo tipo, ha tocado la mafia, los poderes políticos y la Santa Sede sin ninguna certeza clara.
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Su hermano, Pietro Orlandi, ha sido escuchado este martes 11 de abril por primera vez en el Vaticano tras haberse abierto una investigación el pasado mes de enero, la primera que corre a cargo de la justicia pontificia, deseo expreso del papa Francisco, que busca que se arroje luz sobre uno de los casos más oscuros de la historia reciente de Italia. Ocho horas donde ha aportado el relato de sus recientes investigaciones y algunos documentos probatorios.
Un archivo con 40 años de pruebas
En el memorándum presentado, Orlandi explicó que había aportado todas las pruebas de las que se hablaba más recientemente, desde la estancia durante un tiempo de su hermana en Reino Unido, que habría sido escondida en Londres, a los temas de pedofilia con los que podría estar vinculada su desaparición, incluso el audio de un integrante de la mafia que habla de abuso sexual a menores en las más altas esferas, en el entorno del entonces papa Juan Pablo II.
“Tengo que decir que encontrado una gran disponibilidad del fiscal para aclarar las cosas. Si hay responsabilidades incluso en los rangos más altos del Vaticano, tienen que salir". Orlandi, durante la reunión, mencionó los nombres de varios cardenales, pidiendo que se les tomara declaración.
“No excluyeron a nadie, aceptaron y tomaron en consideración las cosas que dije. Por primera vez en cuarenta años me escucharon en profundidad”, dijo a la salida Pietro. Se cierra así en cierta medida un círculo, el de la lucha de este hermano, pero se abre al mismo tiempo una ventana definitiva para la verdad.
Verdad 'sin reservas'
Al cargo del caso el promotor de justicia del Vaticano, Alessandro Diddi, que ha declarado a la prensa italiana que “sobre el caso Orlandi el papa Francisco y el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, quieren que salga la verdad sin reservas”. Diddi, conocido penalista y docente de derecho penal, ha explicado también, en una entrevista al Corriere della Sera cuál está siendo su metodología de trabajo, donde revisa la innumerable cantidad de documentos recogidos durante estos años y algunos nuevos.
Se busca cerciorar la veracidad de algunas pruebas protagonistas en las investigaciones llevadas a cabo por la justicia italiana, con la que pretende colaborar. “En pocos meses se han realizado verificaciones que no se habían hecho en cuarenta años. Sobre algunos documentos probatorios ya no se podrán arrojar dudas, no habrá sombras sobre las cuales se pueda construir un halo de misterio”, dijo.
A la entrada para ofrecer su relato, Pietro Orlandi ha compartido unas breves palabras con la prensa y ha dicho que “por fin ha llegado el día”. Es precisamente este aspecto por el que más ha luchado el hermano de la joven desaparecida estos años: ser escuchado por el Vaticano, conseguir que una línea de investigación afrontase sin miedo los supuestos vínculos del caso con algunas altas esferas de la Santa Sede.
Silencio en la Santa Sede
Durante todo este tiempo no solo no se ha abierto una investigación por parte de la justicia vaticana, sino que la colaboración ha sido nula a pesar de que la ciudadana desaparecida era vaticana, no italiana. En muchas ocasiones la propia Santa Sede se ha justificado diciendo que la desaparición se habría producido en territorio italiano, pero la evidencia de algunas partes probatorias que apuntaban al Vaticano ha hecho que la lucha de su familia se mantuviese, es por eso que este nuevo episodio tras cuatro décadas tiene, además, un gran valor significativo.
Sobre estos "nuevos" aspectos en los que la investigación vaticana espera centrarse, hay cuatro nudos de los que Pietro Orlandi ha hablado en estas ocho horas de testimonio: algunos chats entre un cardinal y otro eclesiástico hace 10 años en los que se intercambiaban informaciones sobre la joven desaparecida; en segundo lugar una lista de sacerdotes aún en vida que podrían dar indicaciones; tercer lugar una carta aún inédita firmada por el arzobispo de Canterbury que podría conectar con la pista inglesa, por la cual Emanuela habría sido escondida en Londres; en cuarto lugar una supuesta tratativa entre un magistrado de la Fiscalía de Roma y la Gendarmería vaticana.
Sobre las expectativas de algún tipo de resultado concreto de esta investigación, Pietro Orlandi se mantiene esperanzado. La propia abogada de la familia, Laura Sgrò, ha comentado a la prensa que “este es sin duda un momento importante, nuestro deseo es que finalmente podamos escribir una página histórica. Es cierto que este tribunal y este fiscal tienen jurisdicción sólo en este terreno -Vaticano- pero es un parte de terreno al que cualquier fiscal de Roma nunca ha podido acceder”.
La intención de los Orlandi ha sido siempre impulsar una investigación que partiese de las entrañas del Vaticano donde creen que se hayan, sino todas, algunas de las grandes respuestas de esta desaparición fatídica.
El papa Francisco sale en defensa de su predecesor: "Son suposiciones sin fundamento"
Francisco ha reivindicado este domingo la figura de Juan Pablo II, a quien ha defendido de las acusaciones que se han vertido en el marco de la reapertura del Caso Orlandi, tras las insinuaciones del hermano de la joven desaparecida sobre la relación de Juan Pablo II con una trama de pederastia, sobre las que el Vaticano considera que no hay ninguna evidencia.
"Un pensamiento a la memoria de san Juan Pablo II, en estos días objeto de suposiciones sin fundamento", ha dicho el Pontífice desde el balcón del Palacio Apostólico tras el rezo del Regina Coeli en este 16 de abril.
En un artículo editorial publicado en L'Osservatore Romano, el director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli, ha destacado que son acusaciones "absurdas e infamantes".