Rudolph Erasmus es un piloto que el pasado lunes vivió, posiblemente, uno de los momentos más angustiosos de su vida. Se encontraba en pleno vuelo de un avión privado que cubría el trayecto entre Bloemfontein y Pretoria, en Sudáfrica, cuando de repente descubrió una cobra debajo de su asiento. Por otra parte, a principios de año, un avión ruso tuvo que aterrizar de emergencia tras abrirse una de sus puertas en pleno vuelo.
"Estábamos volando a 11.000 pies (3,35 kilómetros) cuando sentí algo frío en mi espalda. Al principio pensé que era mi botella de agua, pero luego me di cuenta de que era otra cosa y no me moví", explicó Erasmus al medio local 'Low Velder'.
Después de advertir de lo que ocurría a los cuatro pasajeros, Rudolph Erasmus se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de la localidad de Welkom, a mitad de camino de su ruta.
Una vez evacuada la avioneta, consiguieron desalojar a la serpiente, que resultó ser una de las más venenosas de su especie. "El reptil era bastante grande", apuntó el piloto sudafricano.
Poppy Khoza, directora de la Autoridad Sudafricana para la Aviación Civil, señaló que "me gustaría felicitar a Rudolph Erasmus por las valientes decisiones que tomó y por la forma en que manejó lo que podría haber sido un gran incidente aéreo. Mantuvo la calma ante una situación de peligro y logró aterrizar el avión sin ningún peligro para él ni para sus pasajeros, demostrando al mundo que es un embajador de primera de la seguridad aérea".
Las cobras se encuentran generalmente en el suroeste de Sudáfrica y son particularmente venenosas, causando la muerte de sus víctimas si no son tratadas de inmediato.