La reforma de las pensiones en Francia amenaza la estabilidad del Gobierno de Emmanuel Macron y dispara la tensión en el país, donde las últimas protestas en la capital, París, han provocado la detención de más de 200 personas.
La crispación se palpaba ya desde las puertas de la Asamblea Nacional, donde se aglutinaban ayer cientos de manifestantes. Sin embargo, era todavía más la que se sentía desde el interior. Allí, nada más subir la primera, Élisabeth Borne, a la tribuna, y comenzar el boicot. Primero con cánticos, entonando el himno de ‘La Marsellesa’; luego con abucheos; y por último con el desplante. Era esa la traca final a meses de protestas en la calle, y la última ha sido con importantes disturbios y huelgas contra la subida de la edad de jubilación.
En este escenario, Macron perdía la votación decisiva en la Asamblea Nacional, pero no es la primera vez que iba a tirar de un artículo constitucional que le permite esquivar el Parlamento; la vía más rápida, mediante el 49.3, pero también la más peligrosa. Fundamentalmente, porque permite la moción de censura. Jean-Luc Mélenchon, de la izquierda radical, la presentará, y Marine Le Pen, de la derecha radical, la apoyará.
De este modo, el Gobierno podría caer sin haber llegado siquiera a su primer aniversario.
En este clima de enfado y tensión, la Policía de París ha detenido a más de 200 personas por los disturbios originados durante las protestas de la noche de este jueves en la capital francesa por esa aprobación –mediante un artículo de la Constitución– de la reforma de las pensiones, la cual aumenta la edad de jubilación de 62 a 64 años.
En total, han sido 217 las personas arrestadas tras incendiar y dañar mobiliario público y tras enfrentarse a las fuerzas de seguridad, según ha detallado en un informe la jefatura de la Policía de París.
Fueron más de mil personas las que se congregaron en la Plaza de la Concordia de París, a unos pasos del Parlamento francés, para denunciar el "paso forzado" del Ejecutivo al hacer uso del artículo 49.3 de la Constitución para la reforma de las pensiones, eludiendo así el hecho de no haber conseguido el apoyo de la Asamblea Nacional para que saliera adelante.
Durante los disturbios, las autoridades hicieron uso de cañones de agua y de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, alejándolos de la Asamblea Nacional.
Las protestas continuarán en las calles. Los principales sindicatos de Francia han anunciado una gran jornada de manifestaciones para el próximo jueves 23 de marzo para pedir la retirada total de la reforma, mientras que la oposición presentará una moción de censura a la primera ministra, Elisabeth Borne, este viernes.
Por su parte, la primera ministra francesa ha defendido la aplicación del artículo 49.3 de la Constitución y ha asegurado, durante una entrevista en la cadena TF1 Info concedida este jueves, que han trabajado "hasta el último minuto" para obtener una mayoría sobre la reforma de las pensiones.
A este respecto, ha reconocido que entiende "el gran esfuerzo" que tendrán que hacer los franceses para trabajar "durante dos años más", aunque ha expresado que "dejar que la gente crea que podemos pagar todo con deuda no es serio".
En esta línea, Borne también ha comentado los abucheos, gritos de dimisión y cánticos de la oposición vividos durante la jornada en la tensa sesión en la Asamblea Nacional: "Eso refleja que cierto número de grupos de oposición no respetan nuestras instituciones. Algunos quieren el caos", ha sentenciado.