Donald Trump fagocita la gran reunión de la derecha estadounidense
La campaña de Trump empieza a parecerse a la de 2016
El magnate se erige en el centro de la conferencia
La convención conservadora tuvo menos asistencia que otros años
Frikis, tontos y fanáticos fueron solo algunos de los calificativos que Trump dedicó a los principales políticos del Partido Republicano que ostentaban el poder, antes de que él llegara. Algo que quedaría en la simple anécdota de un exmandatario conocido por sus excesos verbales si no fuera porque durante su discurso de clausura de la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), también dejó claro dejo que buscará venganza en caso de alcanzar de nuevo la presidencia.
Una revancha que alcanzaría no solo a los demócratas y Joe Biden, al que llamó "criminal”, sino a los miembros de su propio partido que se han desviado de la línea que él marco durante su estancia en la Casa Blanca. En los cuatro días que ha durado el mayor encuentro de los conservadores, que tiene lugar anualmente desde 1970 (en este caso en el Gaylord National Harbor de Maryland), Trump se erigió como figura principal de un evento que acabó con una advertencia que no admite medias tintas: o se está con él o en contra.
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Contexto
Antes de la intervención de Trump, que se dejó para el final como gran cierre del evento, la CPAC había invitado a varios conferenciantes considerados cercanos al magnate o poco peligrosos para sus aspiraciones. Los otros políticos que en este momento podrían ser competencia directa en su carrera presidencial si anunciaran su candidatura oficial, como el gobernador de Florida, Ron DesSantis o el ex vicepresidente Mike Pence, ni siquiera asistieron.
Sí estuvieron en la convención la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, y el empresario Vivek Ramaswamy, ambos candidatos declarados para ocupar la Casa Blanca en las próximas elecciones, quienes fueron recibidos de forma tibia por la audiencia. Un público que solo se mostró enfervorecido con la presencia de Trump como muestra de la fidelidad que aún le profesan.
Audiencia
Sin embargo, a pesar de que varias de las jornadas giraron en torno al discurso del ex mandatario y de que los invitados no fueron tan potentes como para hacerle sombra, la asistencia del público a su comparecencia no superó la media entrada. Algo que es considerado un fracaso para quien acude como “estrella invitada”, a pesar del ruido realizado por sus seguidores y de las interrupciones a golpe de ovación.
“Vamos a terminar lo que empezamos, vamos a completar la misión. Vamos a ver esta batalla hasta la victoria final”, repitió insistentemente Donald Trump, mientras criticaba a aquellos representantes de la justicia que le investigan por diversas causas y a los medios por su difusión de fake news. Dentro de esta alocución de casi dos horas, también hubo espacio para la reivindicación de la extremista republicana Marjorie Taylor Greene y la del gurú conservador mediático Tucker Carlson, de la cadena Fox, ambos amplificadores del discurso del magnate.
Fractura
El protagonismo de todos aquellos que enaltecen el universo MAGA (Make America Great Again), el eslogan de campaña del exmandatario, y la ausencia de los miembros del partido que podrían hacerle sombra, revela que la división republicana es un hecho. Y además ni siquiera es un secreto. Las críticas de Trump a su exvicepresidente Mike Pence son tan numerosas que a estas alturas no sorprenden. Al igual que las realizadas durante su discurso en las que arremetió contra el anterior jefe de los republicanos en la Cámara de Representantes, Mitch McConnell.
Quizás por ello esta convención ha quedado reducida a un foro en el que los focos solo han iluminado a un candidato, aquel que curiosamente es asesorado por el máximo dirigente de la CPAC, Matt Schlapp, ya que este y su mujer, estratega de medios, son consejeros desde hace tiempo de Trump. Un círculo que se cierra para poner al trumpismo en el centro del encuentro conservador.
Campaña
A falta de que los militantes republicanos confirmen en las elecciones primarias al magnate como candidato del partido a la Casa Blanca, la campaña de Trump empieza a recordar a la que ya tuvo lugar en 2016. En ese caso, de forma sorprendente, el millonario se hizo con la victoria a pesar de que ni la cobertura mediática ni la opinión de los expertos hiciera prever una posible victoria.
En este caso, vuelve a pasar lo mismo. El desdén se ha implantado en los medios de comunicación, su partido no le contempla como un peso pesado e incluso la Conferencia de Acción Política Conservadora, hasta hace poco la reunión de este tipo más grande e influyente el mundo, ha perdido poder de convocatoria.
Candidatos
Pero ese papel irrelevante es en el que mejor se mueve el que llegara a presidente, contra todo pronóstico, hace poco más de seis años. A esto hay que sumar que la encuesta de opinión que realiza cada año la convención (votación no oficial entre los inscritos al evento) para la nominación presidencial republicana de 2024, fue ganada por Trump con un 62 %, seguido por Ron DeSantis con un 20%.
Y aunque el gobernador de Florida aún no es candidato oficial y dicha elección no es formal, sí está considerada como un barómetro fiable del próximo representante republicano, siendo además la quinta vez consecutiva que Trump la gana. La decisión final comenzará con la primarias del Partido Republicano en Iowa, dentro de once meses, y que se alargarán hasta junio de 2024. Tras ello, llegará la Convención Nacional Republicana (RCN), que tendrá lugar en julio de ese año en Milwaukee (Wisconsin) y de la que saldrá la apuesta definitiva del partido.