Hartas de sufrir las brutales palizas que les propinaban sus parejas, el acoso machista en las calles, la ablación femenina y las violaciones de las que fueron víctimas, 15 mujeres fundaron hace más de tres décadas en Kenia, a 400 kilómetros de Nairobi, una aldea en la que solo pueden convivir mujeres.
Es decir, la entrada a cualquier hombre está prohibido. Este remoto lugar se llama Umoja, palabra que en suajili significa "unidad". Desde que se fundó esta aldea, la población de Umoja ha subido de 15 personas hasta llegar a más de 50 mujeres.
Mujeres que al enterarse de este lugar seguro huían de sus hogares. Su propia fundadora ha concedido varias entrevistas a lo largo de su vida en las que desvela qué le llevó a tomar esta valiente decisión.
En una charla con 'Vital Voices', Rebeca Lolosoli, la fundadora de esta aldea que acoge a mujeres víctimas de la violencia machista, pide apoyo para poder ayudar a más víctimas: "Las mujeres somos las que estamos haciendo que el mundo brille, somos flores, somos luz, estamos haciendo que el mundo sea brillante. Así es que amémonos unos a otros, apoyémonos unos a otros y hagamos que nuestra voz sea una".
En sus primeros años, las mujeres sobrevivían gracias a la venta de joyas que ellas mismas hacían con sus propias manos. Sin embargo, tuvieron que abandonar esta labor debido al acoso y a las agresiones que sufrían por parte de los hombres de la zona que las veían vender estos productos.
Ahora, las mujeres que conviven en Umoja viven gracias a su trabajo con los animales de la zona y, también, reciben visitas por parte de turistas que tienen que pagar una entrada para ver y disfrutar de la aldea en la que conviven solo estas mujeres.
200 millones de víctimas poseen en su cuerpo las consecuencias de la ablación, una práctica cultural que consiste en la amputación de tejido de los genitales femeninos por razones religiosas o no necesarias a nivel médico.
La mutilación genital está ubicada en 29 países de África y de Oriente Medio. A su vez, también se practica en regiones de América Latina y Asia, y consigue debido a los flujos migratorios residir en parte de Europa Occidental, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.
Agrupaciones como Plan Internacional destacan la importancia de sensibilizar desde instituciones y organismos internacionales para que cese "esta violación de los derechos humanos".