París y otras ciudades de Francia se ha convertido este sábado, por séptima vez en menos de dos meses, en escenario de marchas contra la reforma de las pensiones del Gobierno, empeñado en sacar adelante en el Senado un texto que, argumentan desde el Elíseo, respalda la mayoría de la población.
El plan del Gobierno, que se encuentra en plena fase de tramitación parlamentaria, plantea elevar de 62 a 64 años la edad oficial de jubilación, ampliar los años de cotización necesarios para recibir la pensión máxima y eliminar los regímenes específicos que existen a día de hoy para ciertos sectores.
La de este sábado se trata de la segunda movilización de este mes, tras la del día 7, y sigue a otras dos protestas en enero y tres en febrero. Dado el carácter intersindical de las protestas, la Policía anticipa un seguimiento menor que en otras ocasiones precisamente por no tratarse de día laborable, pero ciertos sectores, entre ellos el de transporte, van a resultar afectados.
La manifestación más madrugadora ha sido la de Estrasburgo, con una hora de inicio de las 10.30, dos horas y media antes que el resto de concentraciones.
Así, en París, la marcha ha comenzado a las 14.00 en la Plaza de la República a través de Beaumarchais, Daumesnil y Diderot antes de llegar a la Plaza de la Nación.
A la misma hora se han iniciado las movilizaciones en Marsella, Orleans, Montpellier, Lille y Burdeos, según el horario de marchas publicado por el diario 'Le Figaro'.
El mes pasado, el portavoz del Ejecutivo galo, Olivier Véran, aseguraba que encuestas de opinión muestran que "una gran mayoría de los franceses considera que es necesaria una reforma" y estimaba que "una parte de los franceses sigue movilizada porque no quiere (...) trabajar poco a poco más tiempo".
Asimismo, ha señalado que sin ningún tipo de reforma es imposible lograr "un presupuesto equilibrado en 2030", algo que rechazan los ciudadanos de Francia.