El tiroteo en Hamburgo, en Alemania, ha dejado siete víctimas mortales, entre ellas una mujer embarazada, y ocho heridos. Los disparos se produjeron anoche, en una iglesia de testigos de Jehová. La Policía cree que uno de los muertos es el autor del crimen.
Los disparos alertaron a los vecinos de la calle Deelböge del barrio de Groß Borstel, en Hamburgo y sembraron el caos en una iglesia de testigos de Jehová de la ciudad alemana.
Eran las nueve de la noche y alguien armado irrumpía en el centro de culto pegando tiros. Cuando llegó la Policía se escuchó un disparo más.
Los agentes se encontraban seis personas fallecidas, entre ellas una embarazada. El séptimo muerto ha aparecido en el piso de arriba. Los agentes creen que esta última persona es el autor de la masacre y que se trataría de un joven de entre 30 y 40 años que fue miembro de la iglesia de Testigos de Jehová. Para descartar más implicados han hecho exhaustivos controles. Además, hay otras ocho personas heridas.
Las autoridades alertaron anoche a la población de la existencia de un peligro extremo. Todo sucedió en torno a las 21 horas. La Policía pidió a la gente que no se quedara en la calle y que buscara refugio en algún edificio cercano o se quedaran en sus casas sin salir. Aunque a estas horas ya se empieza a reducir el dispositivo de seguridad.
El alcalde de la ciudad ha dicho que los informes son estremecedores y ha asegurado que los servicios de emergencia trabajan ya a toda velocidad para esclarecer lo ocurrido.
No está confirmada, de momento, la motivación del autor del tiroteo. Se espera una comparecencia de los responsables policiales.
Según la información de los círculos de seguridad, de la que se hace eco el diario Bild, la Policía ha clasificado el suceso como un ‘acto amok’, una enfermedad mental muy poco común cuya principal característica es la aparición de un brote de furia salvaje, que induce al sujeto a un comportamiento asesino.