Un hombre de Malasia ha vivido una de las peores semanas de su vida después de que creyera durante días que su hijo había muerto. Todo comenzó con una llamada al hombre, que se encontraba en la ciudad de Sungai Buloh, advirtiéndole de que su hijo había muerto en prisión.
La llamada dejó en shock al hombre, que desconocía que su hijo se encontraba en prisión y que las últimas noticias que tenía de él le situaban trabajando en otra ciudad. Sin embargo, ante la insistencia de las autoridades, acudió al hospital para identificar el cadáver.
Al ver el cuerpo del que supuestamente era su hijo el hombre se quedó aún más en shock ya que el cadáver no se parecía en nada a su hijo. Sin embargo, los forenses atribuyeron el hecho a que el cadáver llevaba el pelo rapado y la autopsia había desfigurado su rostro. Así, aunque no estuviera convencido, el hombre aceptó que era su hijo.
Tras la trágica confirmación llegaron los pasos posteriores, y finalmente se trasladó el cuerpo al cementerio municipal para su incineración. Sin embargo, justo antes de ese momento, el hombre recibió la segunda llamada que le cambiaría la vida: se habían equivocado al identificar el cadáver, según recoge El Caso.
Los funcionarios de prisión comunicaron al hombre que su hijo todavía estaba vivo y que se encontraba en prisión. Al principio el hombre, desconcertado, no se creía lo que estaba pasando, y hasta que no vio a su hijo sano y salvo por videollamada no se lo pudo creer. El otro cadáver, sin embargo, todavía está sin identificar después de esta rocambolesca historia de confusiones.