Elly Schlein dirigirá el PD e Italia tendrá también una líder mujer en la oposición
La joven, de 37 años, ha conseguido desmontar las previsiones y ganar las primarias del principal partido de izquierdas
Al frente de la política del país dos mujeres: Meloni como premier, Schlein en la oposición
Creció como un cohete desde las pasadas elecciones generales, donde fue elegida como parlamentaria
El Partido Democrático, heredero en Italia de la socialdemocracia y concevido como un partido de cetro- izquierda y, además el principal partido de izquierdas en Italia, llevaba 15 secretarios hombres en más de una década: Veltroni, Francheschini, Bersani, Epifani, Renzi, Martina, Zingaretti y Letta. Hasta ayer cuando Elly Schlein, de 37 años, se convirtió en la primera secretaria general del PD mujer y, además, la más joven. Un torrente político que despertó hace pocos meses, en los albores de la campaña electoral, y que despegó como un cohete en un momento de especial desapego de la izquierda con su electorado. Ella ha conseguido comenzar a reconstruir un vínculo que para muchos parecía perdido, especialmente con las franjas de votantes que representa su figura: los jóvenes y las mujeres. Su propuesta consiguió con el 53,8% ganar a Stefano Bonaccini, el presidente de la región de la ciudad de Bolonia, Emilia-Romaña, que se quedó con un 46,2%, y que representaba la estructura del partido.
El PD cerraba este domingo un proceso de renovación que ha durado seis meses, durante los cuales el proceso de regeneración interno limitaba su rol en la oposición. Los resultados de las pasadas elecciones, que convirtieron a Giorgia Meloni en primera ministra con su Gobierno de derechas, dejaron la dimisión, la enésima, del secretario general del PD, Enrico Letta, y abrieron un proceso constituyente protagonizado por un momento crítico del partido. En esa realidad el nombre de Elly Schlein comenzó a perfilarse como una voz propia capaz de comunicar de forma clara y convincente y de encarnar un cambio de paradigma, lo que más suplicaba el electorado. “Me he emocionado al saber que hoy varias mujeres de más de cien años han ido a votar por mí y han dicho que llevaban 90 años esperando a votar una secretaria de un partido de izquierdas mujer”, dijo en la rueda de prensa de la victoria.
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Y es precisamente su perfil: mujer, joven, feminista y ecologista lo que suponía un verdadero torbellino, una opción nueva. En el cierre de campaña del PD de las pasadas elecciones generales del 25 de septiembre ella era el rostro más esperado de todos los nombres propios del partido que pasaron por aquel palco para pedir el voto. La persona que recibió más aplausos y la que volvió loca a la plaza cuando reversionó el slogan de Meloni “soy una mujer, soy cristiana, soy una madre” con “soy una mujer, amo a otra mujer y no soy madre y no por esto soy menos mujer”. Así lo reconocía a mitad de la noche Stefano Bonaccini, su contrincante, cuando salió a asumir su derrota frente a la que fue su vicepresidente de la región de la Emilia Romaña en los últimos años. “Ella ha sido capaz de transmitir una sensación de renovación más que yo”, dijo ante la prensa.
Todo contrapone a Schlein con la premier Giorgia Meloni, a la que ya ha prometido plantar cara sin esperar ni un minuto, “desde hoy seremos un grave problema para el Gobierno Meloni”, dijo en rueda de prensa. Pero comparten una historia de mujeres ‘underdog’ (una persona que rompe las previsiones). La nueva secretaria general del PD fue elegida europarlamentaria en 2014 por sorpresa, pasó cinco años de trabajo entusiasta en temas como el migratorio. Fue vicepresidenta de la región Emilia-Romaña al lado del que en estas elecciones era su contrincante, luego elegida parlamentaria como independiente en las listas del PD en las pasadas elecciones y ahora acaba de ganar siendo una mujer de fuera del partido, al que se inscribió hace solo unas semanas. Una voz discordante en medio del PD que mantuvo ciertas posiciones fijas, como la lucha por los derechos LGTBI, y que presentaba en esta candidatura la idea de salir de ciertos esquemas de amiguismos que habían envenenado el PD. “Cuando entré al partido me preguntaron: ‘¿Y tú de quién eres?’, pues desde hoy soy solo de mí misma”, dijo como una nueva era.
En esta victoria de primeras veces, Elly Schlein consiguió ganar gracias gracias a la participación de más de un millón de italianos que, sin estar inscritos al partido, ayer fueron a votar a las primarias. Entre el proceso de los afiliados al PD en las semanas precedentes, el ganador había sido Bonaccini. La remontada del domingo por la noche fue, en toda regla, un sorpasso. Ya en su experiencia política se definió la idea que ella tenía de un país como Italia, izquierdista sin medias tintas. Una agenda indudablemente progresista a la que dio forma concreta en esta campaña en la que repitió innumerables veces que su idea de país era feminista, ecologista y líder en justicia social y en defensa de un mundo laboral digno.
Además es la candidata que más ha demostrado que estaría dispuesta a llegar a una coalición con el M5S y que, además, ha insistido sobre la guerra de Ucrania sobre la necesidad de una negociación urgente de paz. Y, sobre todo, una verdadera contrincante de Meloni -criticó hace unos días que algunos compañeros del partido, entre ellos el propio Bonaccini, hubiesen alabado las “aptitudes” de la premier italiana-. Precisamente la líder del Consejo de Ministros publicó anoche su enhorabuena a la nueva líder del PD, y de la oposición, que destacaba “la elección de una mujer joven espero que pueda ayudar a la izquierda a mirar adelante y no al pasado”. Una contraposición en lo político de ambas, dos mujeres al frente de los dos partidos más votados de Italia, del Gobierno y de la oposición, que protagoniza un nuevo tiempo político en Italia.
Huye de personalismos, pero su historia es en sí misma una novedad para el país: nacida en Suiza, estudiante en Bolonia, con un abuelo ucraniano, abiertamente bisexual y una ‘outsider’ del propio PD. “Hemos hecho una pequeña gran revolución. Esta vez, de nuevo, nos han visto llegar, pero el pueblo democrático está vivo y preparado para levantarse. Es un mandato claro para cambiar de verdad, método y visión. Con una línea clara: contra la desigualdad, a favor de un trabajo digno y poniendo en el centro la emergencia climática. Mi objetivo está en reconstruir la confianza donde se ha roto estos años. Hemos hecho de puente entre dentro y fuera del PD y también intergeneracional. Mi obsesión serán las personas que hoy no han participado, los que no han votado a las pasadas elecciones generales, que en muchos casos representan la gente con la renta más baja que sufre la crisis de la democracia”, dijo en la rueda de prensa completamente emocionada por la victoria.