A paso ligero, maleta en mano y acompañado por su mujer en Damasco, Turquía, para coger un avión. Así es como pretendía escapar del país un constructor turco buscado por la policía en el curso de las acciones legales llevadas a cabo por el Gobierno para dirimir responsabilidades tras el devastador terremoto y el derrumbe de multitud de edificios que presentaban defectos en su propia construcción.
Mirando a un lado y otro, dando signos, quizás, de cierto nerviosismo, el hombre fue captado por las cámaras de seguridad del aeropuerto y la policía ya había estrechado el cerco sobre él siguiendo sus movimientos.
En el aeropuerto de Damasco, justo cuando estaba a punto de escapar con su mujer, las autoridades le sorprendieron mientras esperaba la apertura de la puerta de embarque. Allí, resignado, acabó detenido por policías de paisano que frustraron su precipitada huida.
Su arresto, no obstante, es uno más entre los centenares de constructores detenidos por incumplir la normativa antisísmica a la hora de construir los edificios.
El terremoto que sacudió a Turquía y Siria aquel el 6 de febrero, día marcado por la que Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, ha calificado como “la catástrofe del siglo”, provocó el derrumbe de decenas de miles de edificios. En total, se calcula que 400.000 de ellos han quedado en ruina, provocando la más terrible tragedia.
Según el último balance, el seísmo ha provocado ya más de 45.000 muertes, además de 130.000 heridos. Además, se teme que las cifras sigan aumentando porque, cuando ya han pasado más de dos semanas, la probabilidad de encontrar a más desaparecidos con vida es ínfima. De hecho, este domingo las autoridades anunciaban la suspensión de las operaciones de rescate, salvo en las provincias de Hatay y Kahramanmaras, dos de las más castigadas por el desastre.
En este escenario desolador, el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, ha instado a apelar "a la unidad y la solidaridad", asegurando: Haremos todo lo posible para sanar estas heridas".
En total, según el vicepresidente turco, Fuat Oktay, más de 374.000 personas han sido evacuadas ya de las regiones afectadas, entre ellas cerca de 1.600 niños no acompañados, aunque más de 950 "han sido ya reunidos con sus familias".
En este sentido, se espera que comiencen a llegar los primeros 600 contenedores de las más de 1.000 viviendas provisionales enviadas por la OTAN a Turquía para alojar a hasta 4.000 afectados por el terremoto, que destruyó completamente sus hogares.
Mientras, desde Siria reclaman desesperadamente más ayuda internacional, subrayando que necesitan ayuda humanitaria urgente para combatir los estragos que también ha dejado el seísmo en el país.