Se cumplen nueve días de los terremotos en Turquía y Siria. Durante las últimas 24 horas se han podido rescatar a al menos una docena de personas. El balance de muertos en ambos países asciende a 39.000. Los miles de supervivientes están siendo alojados en todo tipo de campamentos, que se han ido improvisando en los últimos días. Desde parkings hasta estaciones de tren o campos de fútbol. Todo por acoger a las familias afectadas.
En la localidad de Osmaniye, por ejemplo, se han habilitado hasta 300 carpas para acoger a la población: tienen capacidad de esta 3.000 personas, donde se les da alimentos, atención psicológica y, por supuesto, alojamiento. Lo que era un parking de un parque de atracciones se ha convertido en el nuevo hogar de miles de refugiados.
Un estadio de fútbol, una estación de tren o un buque del Ejército. Son los nuevos hogares de los miles y miles de turcos a los que el terremoto ha dejado sin casa. Las pistas de atletismo son ahora la zona de paseo en los campamentos, que llegan a acoger a unas 5.000 personas con tiendas instaladas sobre lo que era el césped. Solo unos pocos utilizan este área para lo que fue pensado.
También los vagones de tren están salvando de la intemperie a damnificados por el seísmo. En el caso de los barcos, se han convertido en hospitales para los supervivientes de la catástrofe. "La clínica cercana a mi casa está destruida y el resto, colapsadas", señala un paciente. La situación es peor en Siria. Hay refugiados en polideportivos o en campamentos, pero también encontramos familias como en edificios en ruinas. Según el hijo de una pareja, echa de menos su escuela, cerrada tras la tragedia.