Este sábado ha fallecido un niño de 8 años que fue atropellado intencionadamente por un palestino el viernes cerca de la colonia judía de Ramot, en Jerusalén Este.
El niño ha sido identificado como Asher Menahem Paley, hermano de Yaakov Yisrael Paley, de seis años, también fallecido en el atropello, por lo que son tres ya las víctimas mortales tras sumar a Alter Shlomo Lederman, un estudiante de una yeshiva o escuela talmúdica fallecido el viernes, informan fuentes médicas citadas por el diario 'The Times of Israel'.
"El niño llegó en estado crítico y mientras se le aplicaban maniobras de reanimación. Los equipos de trauma, urgencias, pediatría, cirujía y neurocirugía han luchado durante horas, pero desgraciadamente han tenido que certificar su muerte", ha explicado el hospital Centro Médico Shaare Zedek en un comunicado.
El hermano menor fue enterrado rápidamente el viernes por la tarde antes de que comenzara el 'sabbath' o día santo judío. En cambio, el hermano mayor de ambos, Moshie, de 10 años, ha recibido el alta este sábado tras recuperarse de las heridas leves. El padre de los tres, un hombre de 42 años, continúa hospitalizado, al igual que los otros dos hombres de unos 20 años que se encuentran graves.
El responsable del atropello, Huseín Qaraqa, de 31 años, es un árabe-isarelí residente en el barrio de Isawiya, en Jerusalén Este. Según el relato de testigos presenciales, embistió con su vehículo a un grupo de israelíes que esperaban en una parada de autobús. Posteriormente fue tiroteado por civiles, aunque el responsable de su muerte sería un policía que estaba fuera de servicio.
Las autoridades israelíes han revelado que Qaraqa tenía problemas mentales y que había sido dado de alta de un hospital psiquiátrico del norte del Israel hace apenas unos días.
En cualquier caso Israel contabiliza el incidente como atentado terrorista y ha detenido ya a diez familiares de Qaraqa, incluidos sus padres, un hermano, su esposa y su casero. El Gobierno israelí ha anunciado que su casa será desalojada y clausurada con vistas a su demolición.
El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, sel presentó en el lugar tras el ataque y reiteró su propuesta de instaurar la pena de muerte para "terroristas", así como una iniciativa legislativa que permita a la Policía realizar registros sin orden judicial.
Mientras, el ministro de Defensa, Yoav Galant, ha impuesto sanciones económicas a 87 "terroristas y familiares" residentes de Jerusalén Este y ha aprobado el embargo de millones de shékels que pertenecen a presos palestinos que reciben pagos de la Autoridad Palestina.