Los equipos de rescate de Alemania y Austria que trabajan en la provincia turca de Hatay, la más afectada por los terremotos de esta semana que han devastado el sur de Turquía y el noroeste de Siria, han anunciado este sábado la suspensión de sus operaciones por un incremento de las amenazas a la seguridad de sus integrantes, bien por la creciente tensión de la población local ante la lenta llegada de ayuda o por enfrentamientos esporádicos entre grupos armados.
"En las últimas horas, la situación de seguridad en la provincia de Hatay ha empeorado", han declarado en un comunicado conjunto, recogido por DPA, la Agencia Federal Alemania para la Asistencia Técnica y la organización humanitaria I.S.A.R. Alemania.
Sus equipos se encuentran ahora en una base conjunta en la ciudad de Kirikhan y en medio de una tensa situación que atribuyen a, entre otros factores, "una escasez de alimentos y problemas en el suministro de agua a la zona afectada por el terremoto".
"El pesar está abriendo paso lentamente a la ira", ha avisado el director de operaciones de I.S.A.R., Steven Bayer. No obstante, ambas organizaciones han asegurado que reactivarán a sus equipos si reciben información de que existen supervivientes bajo los escombros.
Horas antes, el Ejército de Austria también anunciaba la suspensión de sus operaciones de rescate en Hatay, esta vez tras constatar enfrentamientos entre grupos armados no identificados.
"La agresión entre las facciones en Turquía va en aumento", explicó el coronel Pierre Kugelweis a la agencia oficial de noticias austriaca APA, tras reconocer que había recibido informaciones de tiroteos en la zona.
Hatay es la provincia más afectada por el terremoto en Turquía, fronteriza con el noroeste de Siria, donde han fallecido unas 900 personas y han acabado destruidos más de 1.200 edificios, según el Gobierno turco. Es también el hogar de unos 400.000 refugiados sirios por la guerra en el país vecino.
Aunque el Ejército no identifica a estos grupos, la provincia ha sido escenario ocasional de enfrentamientos entre el Ejército turco y las guerrillas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en guerra con Ankara desde hace décadas.
"El éxito de salvar vidas no guarda una relación razonable con los riesgos para la seguridad", ha añadido el coronel, al frente de un contingente de 82 rescatistas militares.
No obstante, también ha querido puntualizar que no ha ocurrido ningún ataque directo contra la misión, que permanecerá en el lugar hasta que la situación mejore. "El caso es que las circunstancias son las que son", ha declarado.