En Turquía, es imposible calcular el número de personas que continúan atrapadas tras el brutal terremoto sufrido este lunes. Las autoridades van actualizando el número de fallecidos allí y en Siria, una cifra que ya supera los 4.000, pero que podría ser hasta ocho veces mayor, según la OMS.
El gobierno turco ha ordenado la evacuación masiva, aunque muchos ya han dejado la zona. Los servicios de rescate trabajan sin cesar en edificios que cedieron por el terremoto. Las excavadoras se acercan despacio por si, bajo los escombros, algunas personas siguen con vida.
Los esfuerzos de los equipos de rescate son titánicos y muchas veces se obra el milagro, como con una niña rescatada entre los escombros.
En edificios totalmente inestables, se trabaja ante el temor de nuevas réplicas. Los equipos llevan sin descanso más de 24 horas y a muchos sitios ni siquiera han podido llegar. Las carreteras están destrozadas, y además la nieve y las temperaturas heladoras de noche complican los rescates y agravan la situación de los supervivientes.
Se necesitan manos y por eso miles de voluntarios colapsan el aeropuerto de Estambul, con lo puesto y ganas de ayudar. La OMS advierte: según avancen las labores de rescate las víctimas podrían ascender a 20.000.