Representando la esperanza entre la tragedia y la desolación, la vida entre la muerte y la destrucción provocada por el terremoto que ha sacudido a Turquía y Siria, los rescates de los que han sobrevivido al desastre se celebran como pequeñas conquistas en medio del profundo dolor. Como un impulso para no decaer, los equipos de rescate no pueden evitar dar un beso a cada niño que encuentran vivo entre gritos de alivio.
En un escenario que estremece, rodeado de los escombros surgidos tras derrumbarse miles de edificios, son ellos, los supervivientes, los que dan fuerza para seguir luchando en condiciones extremas. En total, se estima que son más de 5.000 los fallecidos por el seísmo, al que han sucedido más de un centenar de réplicas, el “mayor miedo” que experimentan ahora los ciudadanos, temerosos de que la tragedia se extienda todavía más.
Entre el frío, el polvo y los cascotes, el trabajo es sumamente complejo en la zona, y la comunidad internacional ya se ha volcado para enviar ayuda en un intento por evitar que el balance de víctimas mortales sigue creciendo de forma incontrolada, con multitud de personas todavía desaparecidas.
Según el último balance oficial, de los más de 5.000 muertos, cerca de 3.500 han fallecido en territorio turco. El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha calificado la catástrofe como "el mayor desastre desde el terremoto de 1939", que dejó más de 30.000 muertos.
Según su vicepresidente, Fuad Oktay, además son más de 20.500 las personas que han resultado heridas, mientras la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) calcula que más de 6.200 edificios han quedado completamente destruidos, principalmente como consecuencia del terremoto de 7,4 que sacudió el país de madrugada y de un posterior seísmo, ya a mediodía, que alcanzó la magnitud 7,6 en la escala de Richter.
Mientras, en Siria los muertos y los heridos también se cuentan por miles. "La alerta continúa en todos los establecimientos de salud públicos y privados, y todos los cuadros de salud están trabajando al máximo de su capacidad. Se está coordinando la respuesta continua en las diversas gobernaciones", ha dicho el Ministerio de Sanidad sirio, mientras los llamados ‘cascos blancos’, trabajando en la zona, alertan también de la situación.
"Se espera que la cifra de muertos aumente de forma dramática, ya que hay cientos de personas aún atrapadas entre los escombros", han escrito, lanzando un llamamiento a "todas las organizaciones humanitarias y organismos internacionales para que brinden apoyo material y asistencial a las organizaciones" con el fin de "dar respuesta a este desastre y ayudar de forma urgente a las víctimas del terremoto".