Una ministra del Reino Unido pide contención salarial luciendo un Rolex de más de 10.000 euros

Los problemas para el Gobierno de Rishi Sunak no paran de crecer en el Reino Unido. El calendario de huelgas, movilizaciones, paros, protestas y manifestaciones diarias se ha convertido en una verdadero dolor de cabeza para los ciudadanos británicos. El último golpe a la maltrecha credibilidad del Ejecutivo conservador lo ha protagonizado Gillian Keegan, la Secretaria de Educación que este jueves reclamaba en una entrevista en la BBC contención y moderación salarial mientras lucía un Rolex de más de 11.000 euros en su muñeca.

Los apuros de los conservadores en el Reino Unido van en aumento cada día en lo que ya se conoce como el "invierno del descontento", un sentimiento de frustración colectivo que ha echado a la calle a millones de trabajadores de todos los sctores productivos del país. En el epicentro de todas las reivindicaciones están las demandas de subidas salariales, pero a nadie se le escapa que todo es producto de la mala digestión del Brexit.

El 85 por ciento de los centros educativos en el Reino Unido cerraron por la huelga

La prensa del país ya califica la protesta de ayer de los educadores como la mayor desde 1926, sobre todo porque estuvo acompañada por los trabajadores de otros servicios públicos como los transportes. Como en el caso de los sanitarios en España, los profesores del Reino Unuido no solo piden mejores sueldos, sino también más personal para las escuelas e institutos.

Por eso, la imagen de Gillian Keegan en su entrevista en la BBC pidiendo contención y moderación salarial a los docentes en huelga mientras lucía un reloj de la lujosa marca Rolex valorado en unas 10.000 libras, más de 11.000 euros no ha ayudado mucho a su Gobierno a convencer a la población con su discurso.

Las críticas contra Keeagan no vienen tanto por su derecho indiscutible a tener un reloj de marca, sino a la idoneidad de reclamar contención salarial mientras hace obstentación de un bien de lujo que seguro que muchos docentes no pueden permitirse.

Más allá de su falta de tacto para ayudar a transmitir un mensaje político, el reloj de Gillian Keegan responde a una historia personal ya que el Rolex de más 11.000 euros fue un regalo de su esposo con motivo de su cincuenta cumpleaños, lo que también pone de manifiesto es la dificultad de las élites educadas en caros colegios y con altos estatus económicos para entender los problemas a los que se enfrentan muchos trabajadores del país agobiados por la carestía de la vida, la crisis energética y los problemas derivados de la guerra en Ucrania.