A pesar los rigores del invierno, España sigue siendo un país al que huir cuando en otros lugares se sufren inviernos aún más crudos. Estos días los cámpines de Castellón o Alicante están a rebosar de visitantes llegados desde el norte de Europa.
Gru viene desde Noruega con su marido para vivir en un campin de Alicante hasta el mes de marzo. Pagar la calefacción en su país es todo un problema, pueden llegar a pagar mil euros al mes. Con la mitad de ese dinero, quinientos euros se puede vivir en este camping.
Los jubilados del norte de Europa han llegado en masa a la comunidad valenciana, este año especialmente holandeses y noruegos, alemanes, aseguran.
En un camping de Castellón pasan el invierno seiscientas personas. Andrea y Erik viven en el sur de Inglaterra, pero han decidido huir de los desorbitados precios de la energía.
Los españoles del norte también buscan la manera de abaratar sus facturas, “cuesta mucho dinero la calefacción y el camping me cuesta igual”
Volverán a sus países con la llegada de la primavera.