Las guerras no solo traen pérdidas materiales o humanas y la Guerra de Ucrania no iba a ser menos, aunque ahora Putin haya declarado una tregua navideña de 36 horas. El enemigo también tratará, a parte de causar el mayor número de pérdida de efectivos, desestabilizar al enemigo psicológicamente. En el caso de Rusia, lanzando ataques contra los generadores eléctricos o lanzando macabros mensajes a través de drones kamikazes.
Los ciudadanos y combatientes están cansados de una guerra que ya ha dejado decenas de miles de muertos. Muchos han abandonado su patria en busca de un futuro mejor para sus hijos. Pero a pesar de ello, y una vez acabado el conflicto, sigue quedando una pesadez que es muy difícil de superar. Los conflictos bélicos afectan gravemente a la salud mental de aquellos que han sido testigos de este escenario, pudiéndose convertir incluso en su asesino invisible.
En estos casi once meses de guerra, los ciudadanos ucranianos han sido testigos de constantes bombardeos, viviendo sin apenas recursos en oscuros y fríos refugios. Al igual que los soldados que se encuentran en las trincheras, quienes incluso han podido ver como algunos de sus compañeros morían en el campo de batalla, sin poder hacer nada por salvar su vida.
Estos hechos traumáticos son muy fáciles de enquistar, pero muy difíciles de quitar. Por ello, Ucrania ha puesto en marcha un centro de recuperación donde sus soldados acuden una semana para curar sus heridas físicas y mentales. Durante este tiempo, el ejército puede disfrutar de la piscina, las máquinas de ejercicio, música, terapia y sobre todo de una cama blanda y limpia.
En su estancia en el frente los soldados aseguran que no disfrutan de las mejores condiciones para la salud. Conviven con la humedad, acinados en trinchera y sin lugar caliente donde relajarse, siempre tensos ante el posible ataque de un enemigo.
Por este centro, ubicado en un anterior sanatorio de la URSS, han desfilado por aquí más de 2.000 militares desde que abrió el pasado mes de junio. Durante su estancia consiguen recuperarse y alejar sus pensamientos del frente, por lo menos durante un tiempo antes de volver al campo de batalla con las energías recargadas y seguir combatiendo contra la segunda potencia militar del mundo, Rusia.