Una niña que se encontraba junto a sus padres y sus hermanas en una zona comercial de Queensland, Australia, decidió meterse por la ranura de una máquina expendedora de peluches para coger algunos para sus hermanas cuando la menor se dio cuenta se que se había quedado atrapada al intentar salir del interior. El padre de la niña le dio una lección sobre las consecuencias de robar mientras que la madre de las pequeñas grababa todo e intentaba aguantar la risa.
La niña, llamada Poppy, ingresó en el interior de la máquina a través de la pequeña ranura por donde salen los peluches que, aquellos jugadores con suerte, logran agarrar con las pinzas. Al parecer, ni la menor ni sus hermanas fueron capaces de agarrar ningún peluche, por lo que optaron por cogerlo con sus propias manos sin ser conscientes de los peligros que podían llegar a correr. Una vez en el interior de la máquina, la niña se dio cuenta de que no había manera de salir, por lo que empezó a golpear los paneles del cubículo y a llorar desesperadamente mientras esperaba la ayuda de sus padres.
“Las niñas estaban jugando afuera y al minuto siguiente mis hijas gemelas entraron corriendo y dijeron ‘mamá, Poppy está atrapada en la máquina expendedora’”, relató Melanie Pike, la madre de las menores que, ante lo arbitrario de la situación, no dudó en sacar el móvil y comenzar a grabarlo todo mientras su pareja trataba de ayudar a Poppy. “Mi pareja se sorprendió, pero yo comencé a reír”, añadió en una conversación para 7News.
En el video que posteriormente Melanie publicó en redes sociales, se puede observar como la niña llora asustada mientras su madre exclama "Dios mío, no lo creerías", haciendo lo posible por contener la risa.
Minutos después, el padre de las pequeñas ayudó a Poppy a salir de la máquina mediante algunas indicaciones. Lo primero que le pidió a la menor, fue que se tranquilizara y se sentara para poder agarrarla con cuidado y tirar de ella por la apertura donde había entrado.
Al salir, Pike no dudó en hablarle de las consecuencias que puede tener algo tan malo como robar y se aseguró de que tanto Poppy como sus hermanas, que estuvieron presentes durante todo el momento, habían aprendido una lección importante y vital. “¿Has aprendido tu lección? ¿Vas a robar más?”, preguntó Melanie a lo que Poppy, más aliviada una vez fuera de la gran caja de peluches, respondió: "No".
Lo que empezó siendo un acto de 'bondad' de Poppy hacia sus hermanas para que estas pudieran tener sus propios peluches, acabó siendo un intento mal ejecutado de robo que sin duda, no les volverá a ocurrir.