Parecía que el Kremlin había desistido con la ciudad de Jersón, después de que su ejército abandonase la ciudad para proteger el otro lado del río Dniépe y la región de Crimea. Pero los continuados ataques de bombardeos no cesan contra la población civil. Dejando decenas de fallecidos y heridos, y cometiendo uno de los actos más deleznables: la introducción supuestamente de explosivos en el interior de juguetes por parte del ejército ruso en su huida de Jersón, como denunció el gobierno ucraniano. Desde que hondean las banderas ucranianas en Jerson, miles de personas tratan de huir en tren rumbo a otras regiones menos amenazadas, como Kiev. Ahora, el Ministerio de Infraestructura de Ucrania ha vuelto ha confirmar la iniciación del proceso para evacuar a los residentes que aún quedan en la zona.
El calvario que viven en esta ciudad es inhumano, debido al constante sonido de las explosiones de los ataques de artillería del ejército de Rusia. Por lo que, desde el anuncio por parte del Ejecutivo ucraniano el pasado viernes, al menos 100 personas han salido en tren con dirección a Jmelnitski, entre los que se encuentran 26 niños, siete enfermos y seis personas con movilidad reducida, con la esperanza de poder vivir tranquilos y alejados de una guerra que arrasa con todo a su paso. Así mismo, la cartera del Gobierno de Zelenski ha afirmado que se le asignarán a estas personas una dotación de al menos 2.000 grivnas (52 euros), así como obtendrán un certificado de desplazado interno. Además, recibirán ayuda humanitaria y alojamiento, según ha detallado el Gobierno en un mensaje de Telegram.
El Ejecutivo pide evacuar Jersón lo antes posible. Temen que muchas personas no logren sobrevivir a los ataques y las gélidas temperaturas que se prevén de cara al invierno debido a la falta de suministros como electricidad, agua o calefacción. Por ello, ha recordado que actualmente es posible trasladarse a las ciudades de Odesa, Mikolaiv y Krivii Roh a través de las líneas de autobús, donde los ucraniano serán ubicados en "refugios especialmente equipados" y trasportadas en vagones hasta las regiones más seguras de Ucrania.
La tropas rusas que habían ocupado la región desde el mes de marzo se retiraron a mediados del mes de noviembre ante la presión de un contraataque ucraniano, sin embargo mantienen posiciones a la orilla del río Diniéper, desde donde lanzan artillería, que ha arrasado con gran parte de la ciudad, dejando edificios en llamas y rostros desolados.