La guerra entre Rusia y Ucrania está causando estragos en todo el país. Los daños en las infraestructuras por parte de los continuados bombarderos rusos, está dejando a la población ucraniana sin electricidad y sin calefacción, lo que supondrá un duro invierno por la falta de suministros y que pondrá en peligro la vida de millones de personas según ha advertido la Organización Mundial de la Salud. Ahora, tras el ataque en una sala de maternidad por parte del ejército ruso en la que a muerto un menor, las miradas están puestas en las UCIS pediátricas que se encuentran sin respiradores y sin calefacción debido a la falta de energía en la ciudad de Kiev.
El invierno inminente se ve muy oscuro para toda la población ucraniana tras 9 meses de guerra, por lo que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski ha insistido en la importancia y urgencia de volver a poner en marcha el suministro eléctrico. De no ser así, uno de los grupos más afectados serán los recién nacidos que se encuentran en las salas de cuidados intensivos del hospital pediátrico de Kiev. Allí, los bebes se encuentran a oscura y sin las condiciones energéticas para sobrevivir.
La falta de suministros eléctricos, y los constantes cortes, impide que los sistemas de respiración funcionen adecuadamente. Sin estos aparatos, los niños no pueden respirar, lo que avecina un fatal desenlace. Además, tampoco cuentan con la suficiente fuente de calor que necesitan, la cual se va apagando progresivamente y deja a los menores a merced de morir congelados.
Todavía no nos hemos adentrado de lleno en el invierno, pero en Ucrania viven auténticas noches gélidas debido a la falta de suministros. Sin luz, sin calefacción y en muchas ocasiones sin agua, este es el día a día de gran parte del país desde que se intensificaron los ataques rusos. Al menos el 70 % de la población de Kiev vive en estas condiciones, al igual que otras muchas ciudades ucranianas que se encuentran al límite y con miedo a pasar un invierno en unas condiciones indeseables, ya que se pronostica que las temperaturas caerán en picado hasta los -20 grados en algunas partes del país.
La población lo está pasando realmente mal. No solo se enfrentan a cortes de electricidad programados, también hay de emergencia. Todo ellos después de que la mitad de la infraestructura energética haya sido destruida o dañada. Imagínense que, en mitad de la madrugada, a -4°C de temperatura, se quedan sin luz y sin calefacción. Son días muy difíciles. Y es que no solo están pendientes de los cortes de suministro, también de los continuados bombardeos que asolan la ciudad.
Este invierno, la vida de millones de ucranianos está en juego debido principalmente a la crisis energética y el riesgo de infecciones virales. Tales condiciones ya están teniendo repercusiones en el sistema de salud y en la salud de las personas, lo que podría hacer estragos en el sistema sanitario de Ucrania.
El invierno en Ucrania "se tratará de supervivencia", según el director regional para Europa de la OMS, Hans Henri Kluge, que ha detallado que hasta el momento se han registrado 703 ataques a centros de salud desde que comenzó la guerra hace nueve meses.
"Esto es una violación del Derecho Internacional humanitario y de las reglas de la guerra", ha aseverado Kluge, añadiendo que los ataques a la infraestructura de salud y energía significan que cientos de hospitales e instalaciones de atención médica ya no están en pleno funcionamiento y carecen de combustible, agua y electricidad para satisfacer las necesidades básicas.