La guerra en Ucrania, tras ocho meses de invasión rusa, continúa dejando un reguero de muertes, y no se espera que la situación mejore con la llegada del temido invierno. Prueba de ello es el último bombardeo ocurrido en un hospital de Zaporiyia, donde un bebé estaría entre las víctimas mortales. Ucrania acusa a Rusia, que prosigue con los ataques indiscriminados, como atestiguaba en primera persona nuestra reportera Laura de Chiclana, testigo directa de cómo una familia era alcanzada por un misil en Jersón.
Según las autoridades ucranianas, el ataque de las tropas rosas ha alcanzado esta vez la sala de maternidad de un hospital de Zaporiyia, donde los efectivos de rescate han tenido que afanarse sin descanso para socorrer a los supervivientes. En medio de la noche, rebuscando entre los escombros, algunas personas fueron halladas con vida, sedientas y cubiertas de polvo.
En el bombardeo habría muerto al menos un recién nacido, según ha informado el jefe de la Administración Estatal Regional de Zaporiyia, Alexander Starukh, quien ha señalado que ha sido durante la madrugada cuando las fuerzas del Kremlin han disparado “enormes cohetes” contra la sala de maternidad del hospital de Vilnius.
"El dolor llena nuestros corazones: un bebé que acaba de aparecer en el mundo ha sido asesinado", ha lamentado y denunciado Starukh.
Concretamente, la alerta aérea en la región se produjo a las 2:00 horas (hora local), mientras el ataque se produjo media hora después.
También en Zaporiyia, al menos una persona moría ayer por un bombardeo por el que Ucrania señalaba nuevamente a Rusia. El ataque cayó sobre un punto de reparto de ayuda de la región, en la localidad de Orejov.
Se trató de un “impacto directo” contra ese enclave, según el gobernador regional, Oleksandr Staruj, quien explicaba que la persona fallecida era una trabajadora social.
Junto a ella, otras dos mujeres resultaron heridas. Además, el reparto de ayuda se estaba efectuando en las instalaciones de una escuela, por lo que el número de víctimas “podría haber sido todavía mucho mayor”.
En este contexto, las autoridades ucranianas han pedido evitar las aglomeraciones también en lugares como este.
Desde el inicio de la invasión rusa ordenada por Vladímir Putin el 24 de febrero, la oficina de la ONU para los Derechos Humanos estima que unos 6.500 civiles han muerto en esta guerra; un balance que es solo una mera aproximación, dado que no se disponen de datos oficiales de todas las zonas.