Continúa la ofensiva rusa en Ucrania y las versiones dispares entre Kiev y Moscú. La ONU investiga si un vídeo grabado en Lugansk y dado a conocer el viernes corresponde a la ejecución de militares rusos a manos, en este caso, de soldados ucranianos. Las imágenes fueron denunciadas por el Ministerio de Defensa de Rusia, que cifro en al menos una decena de prisioneros de guerra los ejecutados.
Desde Moscú denuncian que se trata de crímenes de guerra y lo calificaron de un "asesinato metódico e intencionado", mientras Kiev asegura que las imágenes son un montaje.
Agazapados en el suelo, soldados ucranianos vigilan la salida de un grupo de militares rusos en una granja de Lugansk. “¡Sal!”, gritan. Preguntan quién está al mando: "¿Quién de ustedes es el oficial?". Con las manos en la cabeza, los rusos esperan tumbados en el suelo. De repente, se escuchan disparos y cae la cámara. La siguiente imagen es una fila de cadáveres.
Ahora, Moscú busca a los responsables de lo que entiende como un crimen de guerra. "Rusia hará todo lo posible en el marco de los mecanismos internacionales para llamar la atención sobre este crimen y llamar al orden y la ley a quienes puedan estar involucrados", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, advirtiendo de que tanto el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, como "sus secuaces" deberían rendir cuentas por la supuesta ejecución.
Por su parte, Kiev insiste en que los militares rusos fingieron su rendición y atacaron a las fuerzas ucranianas.
Dos versiones, dispares, que ya investiga la ONU, como los bombardeos cercanos a la central de Zaporiyia. Ambos países siguen culpándose mutuamente
Todo esto, con la llegada del invierno, que en palabras de la OMS se convertirá en una amenaza mortal para millones de civiles. Por eso, urge la evacuación de los residentes de Jersón y Mikolaiv al borde del colapso humanitario.
El frío extremo podría llevar a muchas personas a utilizar métodos de calefacción alternativas, como quemar carbón o madera o usar generadores alimentados por calentadores eléctricos o diésel, los cuales conllevan riesgos para la salud, incluida la exposición a sustancias tóxicas que sean perjudiciales para los niños, las personas mayores y las personas con afecciones respiratorias y cardiovasculares, así como quemaduras y lesiones accidentales.
"Esperamos que de 2 a 3 millones más de personas abandonen sus hogares en busca de calor y seguridad. Enfrentarán desafíos de salud únicos, incluidas infecciones respiratorias como COVID-19, neumonía y gripe, y el grave riesgo de difteria y sarampión en poblaciones insuficientemente vacunadas", esgrime la OMS en un comunicado.