El conductor del vehículo que atropelló a un grupo de cadetes de la Policía de Los Ángeles cuando entrenaban por la calle la semana pasada asegura que se quedó dormido al volante mientras se dirigía al trabajo, según ha comunicado su abogada. El acusado, Nicholas Joseph Gutiérrez, de 22 años, fue detenido tras la brutal colisión bajo sospecha de intento de asesinato de oficiales del orden público, pero fue liberado después de que los funcionarios indicaran que se necesitaban más pruebas.
Alexandra Kazarian, la letrada del joven, asegura que el suceso fue un "trágico accidente". Según ha explicado, Gutiérrez, que trabaja como ingeniero eléctrico en una compañía de paneles solares, se levantó con tiempo para ir al trabajo, no llegaba tarde. Normalmente madruga y se levanta sobre las 05:00 horas de la mañana. "Es un buen chico que se durmió de camino al trabajo", ha apuntado la abogada.
El acusado, según los informes, proviene de una familia con un gran vínculo a las autoridades. Su padre es un oficial penitenciario jubilado y otros miembros de la familia forman parte del cuerpo de la Policía de Los Ángeles. "Él no alberga absolutamente ninguna animosidad hacia las fuerzas del orden", dijo Kazarian.
Un total de 25 miembros de la academia del sheriff del condado de Los Ángeles resultaron heridos en el accidente del pasado 16 de noviembre. Varios de manera crítica. Las autoridades señalaron el domingo que un cadete, Alejandro Martínez, estaba en estado grave. Otros tres permanecen en estado crítico. El resto de los reclutas han sido dados de alta del hospital.