Un chófer de Uber en Michigan, Estados Unidos, se llevó el pasado miércoles una gran sorpresa, la cual se convirtió probablemente en uno de los mayores sustos de su vida. El motivo, que Jason Christmas, un hombre de 42 años, lo involucró en un robo a un banco porque le preocupaba utilizar su permiso de conducir suspendido. Puede que Christmas no fuese el delincuente más listo, pero tampoco es el más torpe. A tan 'honorable' premio compite un joven que se estampó contra un cristal cuando intentaba escapar con un botín valorado en unos 18.000 euros.
Todo comenzó cuando el conductor, de quien no ha trascendido la identidad, recibió una solicitud de viaje mediante la aplicación de la compañía, que por cierto el pasado septiembre recibió un ciberataque que afectó a sus sistemas internos. Suponiendo que se trataba de un servicio de lo más normal, trasladó a Christmas hasta una oficina del Huntington Bank. Allí le pidió que lo esperase para así regresar a su domicilio.
A continuación, la Policía de Southfield, localidad donde tuvieron lugar los hechos, recibió la denuncia de la entidad financiera, por lo que los agentes acudieron de inmediato a revisar las cámaras de seguridad. De este modo, consiguieron obtener las imágenes de la matrícula del vehículo.
Al ser interceptado por las policías, el conductor negó saber lo que Christmas había hecho en el banco y brindó toda la información sobre el acusado que había quedado registrada en la aplicación de Uber.
Gracias a ello, Jason Christmas fue detenido en su vivienda. En su poder tenía los billetes que había sustraído y que estaban manchados de tinta roja, supuestamente caída cuando el ladrón escapaba tras el atraco.
"Esta es una forma muy inusual de cometer un robo a mano armada en nuestra ciudad", declaró Elvin Barren, jefe del departamento policiaco de Southfield.
El ladrón ha sido acusado formalmente de robo a un banco y, de momento, ha recibido una multa económica de unos 500.000 euros. Por su parte, el chófer de Uber ha sido exculpado de todo lo ocurrido.