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Arranca el Mundial de Fútbol de Qatar, posiblemente el más polémico de los celebrados hasta ahora. Polémico por la imagen que transmite el país a Occidente más allá del fútbol, un estado con las libertades restringidas y en el que miles de obreros migrantes han fallecido mientras construían sus estadios. Una realidad que no han podido ocultar sus petrodólares.
En cuestión de minutos, con la ceremonia inaugural, arranca el Mundial de Fútbol más controvertido y polémico de la historia. La polémica sobrevuela sobre el evento deportivo por muchas razones: porque tiene lugar en Qatar, un país donde no se respetan los derechos humanos y por el altísimo coste en vidas humanas, miles de trabajadores, con el que se ha saldado la construcción de las infraestructuras.
El Mundial llega lastrado por las sombras. La última y a punto de empezar ha sido lanzada por el propio presidente de la FIFA. "¡Hipócritas!", llamaba destempladamente Gianni Infantino, presidente de la FIFA, a quienes se cuestionan la oportunidad de celebrar un evento de semejante envergadura en un país de semejante perfil.
Su denuncia venía a reforzar la formidable polémica que precede el arranque de la fiesta. Por su parte, el seleccionador de España, Luis Enrique, ha asegurado que Qatar "es un país situaciones conflictiva". No ha sido el único en cargar contra el régimen qatarí, Héctor Bellerín también criticaba la nula presencia de los derechos humanos en el país.
Qatar ha enredado al universo del futbol y su más allá en el dilema y las contradicciones ya que no es el primer país sospechoso en el que se celebra un Mundial, en un fútbol regado de petrodólares. No obstante, es un hecho también que su historial es más que cuestionable y criticable con la corrupción en la designación, su régimen autocrático y la falta de derechos humanos. Por eso, es difícilmente defendible en un escaparate de máximo calibre.
La oleada de críticas vertidas sobre Qatar han hecho que el secretario general del comité organizador del Mundial 2022, Hassan Al Thawadi, tenga que pronunciarse. Según él, estos comentarios son de tinte "racista" y están basados en "prejuicios y estereotipos" sobre el mundo árabe. Por eso, Hassan Al Thawadi espera que la cita pueda "servir de plataforma para tender un puente entre Oriente y Occidente".
"Esta Copa del Mundo es probablemente la más escrita y comentada, incluso antes de que se haya lanzado un balón. Es muy lamentable que gran parte de estos comentarios se hayan desviado hacia la aceptación de la desinformación, el rechazo de los matices y la profundidad, y que a menudo se apoyen en tropos racistas basados en prejuicios y estereotipos de larga data sobre Oriente Medio y el mundo árabe", señaló en un comunicado publicado este sábado.
Sin embargo, asegura que no huyen de las "críticas constructivas". "Nos comprometemos directamente y consideramos cada palabra. Nos hemos asegurado de que este torneo sea un faro de progreso, que contribuya a las reformas laborales de nuestro país, reconocidas internacionalmente", apuntó. "Nuestra visión de este torneo era que debía servir de plataforma para tender un puente entre Oriente y Occidente, reconociendo nuestras diferencias y celebrando nuestra humanidad común a través de la pasión que, en última instancia, nos une: el fútbol", añadió.
En este sentido, recalcó que la "belleza" del Mundial es "que atrae a personas de todos los rincones de la tierra, de todas las profesiones y condiciones sociales", y deja "un legado de amistad y entendimiento que acaba con los malentendidos, los prejuicios y los estereotipos".