Lo primero que pensó un tal señor Li al ganar 24 millones de euros en la lotería china es que no iba permitir que tanto dinero afectase a la cultura de trabajo y esfuerzo de su mujer y su hijo por lo que decidió ocultárselo. "Fanático" de este popular sorteo, Li se podría enfrentar ahora a una demanda por parte de su esposa ya que la ley le obliga a comunicárselo a su pareja por lo que ella estaría viendo vulnerado su derecho a "ser informada".
Li lleva años jugando a la lotería china con escasa fortuna. Siempre apuesta a los mismos números, aunque se reconoce como un "fanático" de este sorteo, asegura que juega pocas cantidades por lo que nunca pone en riesgo la economía familiar.
Cuando supo que había sido agraciado con el premio, Li se puso nervioso y lo primero que pensó en en cómo podía afectar su surte a su familia por lo que hizo todo en secreto. Viajó hasta la localidad de Nanning para recoger el dinero, aunque esa noche no logró conciliar el sueño por los nervios y la excitación provocados por su fortuna. Se alojó en un hotel y durante las horas previas mantuvo a buen recaudo el décimo ganador, según cuenta South China Morning Post
Tras pagar seis millones de euros en impuestos y donar otros setecientos mil euros a organizaciones benéficas, Li se hizo con sus 24 millones de euros del premio que por ahora no sabe como los invertirá. Asegura que se tomará un tiempo para meditar las opciones que a partir de ahora se le presentan.
Lo que sí tiene claro es que no quiere que su mujer y su hijo abandonen la idea del trabajo duro y el esfuerzo al verse millonarios de la noche a la mañana. Por ello ha decidido no informales de su suerte y que sigan viviendo como la han hecho hasta ahora, aunque con las espaldas cubiertas por la lluvia de millones.