Ser millonario gracias algún sorteo de la lotería es el sueño de muchas personas, también de Neil Trotter, un hombre de Coulsdon, en el sur de Londres (Reino Unido), que en 2014 ganó el bote del Euromillones y se llevó la friolera de 125 millones de euros. Sin embargo, años después, confiesa que la vida es “bastante aburrida”.
“Pasar de tener que trabajar a no tener que trabajar más. Fue algo bastante extraño a lo que adaptarse. Pronto descubrí que estar sentado en casa viendo la tele todo el día era bastante aburrido”, ha admitido el millonario, según publica el diario británico The Sun.
Neil Trotter, mecánico de profesión, cambió su Ford Focus por un Jaguar y un Porsche y compró la casa de sus sueños, una mansión con un lago y un terreno de más de 160 hectáreas. Lo hizo a pesar de que Camelot, la empresa encargada de gestionar las loterías en Reino Unido, que le advirtió de que no hiciese nada con sus ganancias de forma inmediata. A pesar de estas declaraciones, asegura que disfruta mucho de ello.
Era su sueño y así se lo había hecho saber a su padre, que nunca creyó que fuese a ser rico. Él, sin embargo, tuvo una especie de premonición, según contó a national-lottery.co.uk. De hecho, el día del sorteo que le hizo millonario dijo en la oficina de su padre que así será: “Mañana a esta hora seré millonario”. "Siempre pensé que ganaría a lo grande y tuve una buena sensación toda la semana", contó al portal.
“El viernes por la noche saqué mi billete para comprobar los números ganadores y sorprendentemente uno a uno coincidían. Le dije a Nicky, mi pareja, 'lo he hecho, me he ganado la lotería'. Aparentemente me puse blanco como una sábana y no podía quedarme quieto, seguí caminando por la casa, no sabía qué hacer conmigo mismo", dijo tras convertirse en millonario.