Lucy Studey, una mujer estadounidense, ha denunciado que su padre, Donald Dean Studey, fue uno de los asesinos en serie más buscados en Iowa. El hombre mató a cerca de 70 mujeres y obligó a sus hijos a que le ayudaran para hacer desaparecer los cadáveres en un pozo de 30 metros. Por otra parte, gracias al ADN, el FBI identificó a Harry Edward Greenwell, otro asesino en serie de mujeres, 30 años después.
Lucy, de 53 años, confesó que durante años ayudó a su progenitor a enterrar a las víctimas, en su mayoría mujeres jóvenes, pero también asesinó a dos hombres en una parte rural del mencionado estado.
Después de acabar con la vida de las mujeres, el hombre obligaba a sus cuatro hijos a "ir a las colinas", tomar una carretilla y trasladar los cuerpos para darles sepultura en el cementerio de Thurman, según ha informado el diario británico Daily Mail.
Sin embargo, Donald Dean no podrá ser juzgado ya que la hija ha roto su silencio casi 10 años después de la muerte de su padre, quien falleció en marzo de 2013, cuando estaba a punto de cumplir los 75 años.
"No siento nada por mi padre. Nada en absoluto. Quería justicia cuando mi padre vivía, pero se fue. Solo quiero para las familias un cierre y un entierro adecuado", dijo Lucy a Newsweek.
Lo que sí ha podido hacer la mujer es dar información a las autoridades sobre el lugar exacto en el que se hallarían las numerosas víctimas. La policía local, la estatal y el FBI se encuentran investigando el terrible suceso.
Gracias a perros rastreadores, los investigadores pudieron confirmar la existencia de cadáveres en los puntos denunciados por la hija. Se cree que el hombre atraía a trabajadoras sexuales de Omaha y Nebraska hasta sus tierras.
Donald Dean se casó dos veces a lo largo de su vida, pero ambas mujeres murieron en extrañas circunstancias extrañas. Según los informes policiales, sus esposas se habrían suicidado.
Uno de los hijos del feminicida se quitó la vida a los 39 años, mientras que los demás hermanos prefieren mantenerse al margen de la investigación.
A pesar de que todavía no se ha encontrado ningún resto humano, el alguacil aseguró que cree completamente en todas las acusaciones. Sin embargo, la excavación no se ha podido realizar debido a los elevados costes económicos.
Según los datos recopilados por el psicólogo Mike Aamodt, de la Universidad de Radford, a finales de los años 80 hubo alrededor de 770 asesinos en serie confirmados.