De ahijada del presidente Putin a ser perseguida por el régimen ruso. La periodista Ksenia Sobchak, de 40 años, se ha refugiado en Lituania tras haber huido a través la frontera bielorrusa y engañar a las autoridades rusas al comprar un billete de avión de Moscú a Dubái vía Estambul. La policía acababa de registrar su casa de Moscú después de detener a su socio por un presunto caso de extorsión. Los agentes tenían orden de arrestar a Sobchak, según The Guardian.
Hasta dónde es capaz de llegar el presidente ruso, lo sabe bien la familia Sobchak. El padre de Ksenia, Anatoli Sobchak, fue el primer alcalde de San Petersburgo elegido democráticamente (1991-1996) y mentor de Vladimir Putin, quien fue su número dos en el Ayuntamiento. Después cayó en desgracia y algunos creyeron que Putin tuvo algo que ver con su muerte en 2000. Sobchak falleció de un paró cardíaco en un hotel de Kaliningrado. Su viuda llegó a encargar una segunda autopsia porque temía que hubiera sido envenenado.
Apodada la Paris Hilton rusa, Ksenia decidió dedicarse a la política y se presentó como candidata a las elecciones presidenciales rusas de 2018. Los partidarios del opositor Alexéi Navalni, aseguraban entonces, según recuerda la BBC, que era un títere del Kremlin, una antigua amiga de la familia reclutada por Putin para dar a las elecciones un aire de credibilidad.
En la actualidad, la periodista administra un canal de Telegram en el que difunde informaciones críticas contra el Gobierno de Vladímir Putin. Había denunciado la detención de su socio Kirill Sujanov como un intento de las autoridades por acallar a los medios independientes, tras producir un documental sobre torturas en las cárceles rusas.
Lituania ha confirmado que Ksenia entró gracias a un pasaporte israelí y por ello no necesita visado. Desde septiembre, los países bálticos y Polonia vetaron la entrada de ciudadanos rusos con visados turísticos. Su nombre no está incluido en ningún listado de sanciones europeo o estadounidense, según han confirmado las autoridades lituanas.