La investigación del caso de Lola Daviet, la niña de 12 años asesinada en París (Francia), continúa. Las últimas informaciones apuntan a que un conductor de VTC llevó a la principal sospechosa, Dahbia B. desde Asnières-sur-Seine hasta el Distrito 19 en la noche del viernes 14 de octubre y, sin saberlo, también trasladó el baúl de plástico en el que iba el cuerpo sin vida de la pequeña, que fue colocado en el maletero del vehículo.
La presunta asesina abordó a Lola en el portal de su edificio, el número 119 de la rue Manin, en el distrito 19 de París. Allí fue captada por las cámaras de vigilancia en el momento que detuvo a la joven cuando esta regresaba a su casa del colegio. Eran las 15:15 horas y, ocho horas después, sobre las 23:20, un hombre alertó de haber hallado el cadáver de la menor en el patio interior del número 40 de la rue Hautpoul, una calle muy cercana al lugar de su desaparición. Las autoridades desconocen qué ocurrió desde la última vez que fue vista con vida y el macabro hallazgo.
Dahbia B., tras atacar a la menor, la habría llevado al departamento de su hermana (quien viviría en el mismo edificio que la víctima) y le habría ordenado que se duchara, antes de cometer "abuso sexual y violencia con resultado de muerte" sobre ella, según precisa la Fiscalía de París. La autopsia revela que la colegiala falleció "por insuficiencia cardiorrespiratoria con asfixia y signos de compresión cervical". Los grandes cortes observados en el cuello no serían la causa de la muerte, recoge 'Le Figaro'. Lola habría estado amordazada, por lo que no pudo pedir auxilio. Los vecinos no escucharon nada.
La acusada, después de torturar y asesinar a la menor, la metió en un baúl de plástico. Bajó a la calle y, según apunta 'Le Parisien', pidió ayuda para trasladarse con el cadáver a Asnières-sur-Seine, municipio al noroeste de la capital francesa. Para ir, recurrió a un amigo conductor, Rachid N., que la llevó en coche hasta allí y la ocultó en su vivienda durante varias horas. Pero ella, por motivos que se desconocen, regresó a la escena del crimen con el macabro equipaje por la noche con el VTC que mencionábamos anteriormente.
Este conductor, que ha hablado en el citado medio parisino, aceptó una carrera sobre las 22:00 horas entre Asnières-sur-Seine (Hauts-de-Seine) y el distrito 19 de París. Al llegar, vio que le esperaban dos personas, Dahbia B., la sospechosa, y Rachid N., acusado ahora de "ocultamiento de un cadáver". Este último, tras conversar con la joven argelina, se encargó de poner el baúl de plástico en el maletero y no se subió al vehículo, según apunta el testimonio aportado a las autoridades.
El equipaje olía fuertemente a lejía, así que, intrigado, el conductor comenzó a observar el comportamiento de su clienta durante el viaje. Dahbia B. se montó sola en la parte trasera del coche, parecía "relajada, no estresada", pese a llevar consigo el cadáver oculto de la pequeña. Actualmente, el automóvil conducido por este conductor de VTC ha sido incautado como parte de la investigación.
El conductor asegura que habló con la presunta asesina de Lola sobre "cómo iba el trabajo, si había clientes y si iba todo bien". Al llegar al distrito 19 de París, después de la media hora de trayecto, el conductor comenzó a notar la presencia de numerosos vehículos policiales. Y es que, efectivamente, la Policía buscaba a la menor desde la media tarde. Dahbia B., entonces, llamó a su hermana y, en un tono muy agresivo y con insultos, le pidió que le ayudara con el equipaje a su llegada. Después, tras descargar el baúl de plástico, la sospechosa le pidió al VTC que la llevara de regreso a Asnières-sur-Seine "pagando en negro", pero este rechazó la propuesta y abandonó el lugar.
El cuerpo de Lola presentaba "múltiples lesiones" en el cuerpo y en el cuello, pero no una "lesión traumática de la esfera sexual". Dhabia B. declaró que agarró a la pequeña del pelo, metió su cabeza entre las piernas y tuvo un orgasmo. La joven detalló una violación, contó que escuchó música y bebió café antes de apuñalarla y que bebió su sangre en una botella. No obstante, la presunta asesina se retractó de su declaración y aseguró que había contado un sueño y no la realidad. El cadáver de la niña, además, tenía los números '0' y '1' marcados en rojo debajo de cada pie, algo que hizo sospechar, en primera instancia, de un caso de tráfico de órganos, aunque se descarta en la actualidad.
El abogado de la acusada, Alexandre Silva, ha pedido a la prensa que cesen los "rumores", y ha recordado el principio de presunción de inocencia. Los investigadores barajan los problemas mentales de la joven como la principal hipótesis. Podría haber llevado a cabo una posible venganza contra los padres de la pequeña por no permitirla entrar en el edificio. Junto a ella han sido detenidas, al menos, otras tres personas, incluida su hermana y Rachid N., que están siendo investigados. Expertos consultados por medios locales apuntan a que de Dahbia B. podría haber sufrido psicosis leve, que consiste en la aparición de ideas delirantes, alucinaciones u otros síntomas psicóticos que duran al menos un día pero menos de un mes.
A los 24 años, la vida de Dahbia B., de nacionalidad argelina, era caótica. Llegó a Francia en 2016 legalmente, con un permiso de residencia de estudiante. Según los informes tuvo varios percances como "víctima de violencia doméstica". El 21 de agosto de este año fue detenida en un aeropuerto francés por falta de permiso de residencia y se le notificó la obligación de salir del territorio (OQTF). Al estar en una situación irregular, el caso ha despertado controversia en la política del país. La familia de la pequeña, no obstante, no quiere una "respuesta" en este sentido, rechaza el "odio" que se pueda generar. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, "recibió a los padres de Lola y les expresó la solidaridad de la nación". El Ejecutivo ha señalado que debe mejorar las políticas migratorias.
Esta es la cronología del caso: