Los índices mundiales de metano, uno de los principales gases de efecto invernadero, preocupan. Por ello, desde el Centro de Investigación y Desarrollo de Fonterra, se afanan por mitigar los efectos que producen los eructos de las vacas, por lo que los ganaderos tendrán que pagar a partir de 2025 en Nueva Zelanda.
Gracias a una mezcla de leche con Kowbucha, un probiótico salido del Centro de Investigación y Desarrollo de Fonterra, han logrado reducir hasta en un 20% el metano que generan las vacas, que succionan el preparado con avidez.
El "verdadero momento eureka" se produjo cuando los primeros ensayos sugirieron que los terneros emiten hasta un 20 % menos de metano cuando reciben el suplemento probiótico, ha señalado Shalome Bassett, científica principal del Centro de Investigación y Desarrollo de Fonterra.
El producto, punnily, se prepara de forma sencilla basta con mezclar el probiótico en polvo con la leche y ya está listo para consumir.
Reducir el metano -uno de los gases de efecto invernadero más potente y perjudicial para el medio ambiente- sin tener que frenar la producción, es el gran reto de la ganadería.
También en Nueva Zelanda, donde, recuerda Bassett, tienen “objetivos clave que debe cumplir para 2030 y también para 2050”. En este sentido, el preparado “es una gran solución que sería fácil de adoptar para los agricultores y nos ayudaría a cumplir algunos de esos objetivos clave" ¡.
Los ensayos en curso han mostrado resultados similares y prometedores a la reducción del 20% del metano y, si todo va bien, se espera que sobres de Kowbucha estén en las tiendas para final de 2024, antes de que los agricultores tengan que comenzar a pagar por los eructos de los animales ya que, según ha anunciado el 11 de octubre el Gobierno, en 2025 Nueva Zelanda se gravará por las emisiones de metano de los animales.