Miles de personas han vuelto a salir el sábado a las calles de varias ciudades de Irán para protestar contra las autoridades en el principio de la cuarta semana de manifestaciones desatadas por la muerte de Mahsa Amini. La joven kurda-iraní sufrió graves heridas cuando estaba bajo custodia por llevar mal puesto el velo. Por su parte, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi; el presidente del Majlis, Mohamad Baqer Qalibaf y el jefe de la Judicatura, Gholamhosein Mohseni Ejei, han mantenido una reunión de emergencia para tratar una respuesta a las movilizaciones.
Durante la reunión, de la que ha informado este domingo la Presidencia iraní en un comunicado recogido por la agencia semioficial de noticias ISNA, los tres líderes han coincidido en que "la seguridad y la paz en el país es la base de todo tipo de actividades económicas y negocios de las personas".
Todos ellos, siguiendo la línea oficial desde el principio de las manifestaciones, achacaron los disturbios a la mano escondida de "enemigos regionales que consideran un Irán unificado y poderoso como una amenaza para sus intereses".
La agencia oficial de noticias iraní IRNA ha confirmado que los disturbios -- causados por "grupos organizados de oposición contra el Gobierno", según la narrativa de las autoridades -- se han repetido de nuevo por la noche en las calles de Teherán, mientras medios kurdos han destacado que las protestas se están extendiendo por zonas donde esta etnia es mayoritaria, como Sanandaj, en la provincia iraní de Kurdistán.
Allí al menos dos manifestantes han muerto a tiros por agentes iraníes vestidos de paisano, según ha denunciado la ONG Hengaw, y otros 70 han resultado heridos. Además, un miembro de la Guardia Revolucionaria, identificado como Gholamreza Bamdi, ha muerto durante los disturbios, según informa la agencia semioficial iraní Tasnim, próxima al ala ideológica del Ejército iraní.
Hengaw informó también el pasado sábado de intensos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en varias ciudades de mayoría kurda en el oeste de Irán, incluida Saqqez, la ciudad natal de Amini.
La cadena Iran International, vinculada a la oposición iraní, tiene constancia de otras manifestaciones en Esfahan, Shiraz, Tabriz, Rasht, Mashhad, Kerman, Hamedan y otras ciudades, en lo que parece el indicio de un cambio de estrategia de los manifestantes para concentrar sus fuerzas en protestas semanales para descansar entre semana.
La ONG Iran Human Rights ha cifrado ya en 185 los fallecidos, entre ellos 19 niños, por la represión de las fuerzas afines a las autoridades iraníes de las protestas en el país y ha denunciado en las últimas horas el asesinato de la manifestante de 16 años Sarina Esmailzadeh por una paliza de las fuerzas de seguridad.
Casi la mitad de los fallecidos fueron identificados en la localidad de Zahedán, en la provincia de Sistán y Baluchistán, donde 90 personas perdieron la vida durante una marcha celebrada el 30 de septiembre para protestar por la violación de una niña baluchí de 15 años por parte del jefe de la Policía de Chabaha.