Una ejecución en Alabama, Estados Unidos, ha tenido que ser cancelada después de que los funcionarios intentaran acceder durante más de tres horas a las venas del recluso. Alan Miller, de ahora 57 años, fue condenado a muerte después de que en 1999 matara a tres personas en su lugar de trabajo.
El comisionado penitenciario de Alabama, John Hamm, confirmó que tras horas intentando suministrarle la dosis no pudieron lograrlo antes de la medianoche. “Debido a las limitaciones de tiempo resultantes de la tardanza de los procedimientos judiciales, la ejecución se suspendió una vez que se determinó que no se podía acceder a las venas del recluso condenado de acuerdo con nuestro protocolo antes de la expiración de la sentencia de muerte”.
Otro caso similar, ocurrió el pasado mes de julio con la condena a muerte de Joe Nathan James. Quien finalmente fue ejecutado después de tener durante más de tres horas dificultades para establecer una vía intravenosa, lo que generó acusaciones de que la ejecución fue fallida.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, ha querido pedir perdón por el sufrimiento de que Miller siga con vida a las familias de las víctimas. “Todos sabemos muy bien que Michael Holdbrooks, Terry Lee Jarvis y Christopher Scott Yancey no eligieron morir de un tiro en el pecho. Esta noche, mis oraciones están con las familias y los seres queridos de las víctimas, ya que se ven obligados a seguir viviendo el dolor de su pérdida”.
Por ello ha anunciado que la ejecución seguirá adelante. “A pesar de las circunstancias que llevaron a la cancelación de esta ejecución, nada cambiará el hecho de que un jurado escuchó la evidencia de este caso y tomó una decisión”.
Tras la multitud de casos en los que resultan "fallidas" las ejecuciones, un grupo en contra de la pena de muerte en Estados Unidos ha denunciado que la cárcel de Alabama está experimentando nuevos métodos para acabar con la vida de sus presos. "Es difícil ver cómo pueden persistir con este método fallido de ejecución que sigue yendo catastróficamente mal, una y otra vez. En su desesperación por ejecutar, Alabama está experimentando con prisioneros a puerta cerrada, seguramente la definición de castigo cruel e inusual".
Muchos Estados han tenido problemas para comprar medicamentos de ejecución en los últimos años después de que las compañías farmacéuticas estadounidenses y europeas comenzaran a bloquear el uso de sus productos en inyecciones letales. Eso ha llevado a algunos a buscar métodos alternativos. Como la hipoxia de nitrógeno, que fue aprobada en Alabama en 2018. Con este método de ejecución, la muerte se produciría al obligar al recluso a respirar solo nitrógeno, privándolo del oxígeno necesario para mantener las funciones corporales.