Uno de los últimos pasos del funeral de Isabel II era la capilla ardiente en la abadía de Westminster al que han asistido más de 2.000 personas, entre ellos algunas de las personalidades más importantes del mundo, entre los que se encontraban los monarcas españoles, Felipe VI y Doña Letizia, al igual que los reyes eméritos, Don Juan Carlos y Doña Sofía.
Tras la misa en honor a la reina, sus restos han abandonado Westminster, en una procesión hasta el arco de Wellington, acompañados de la guardia real y sus familiares. Durante este emotivo momento, la duquesa de Sussex, Meghan, no ha podido contener la emoción y se le han saltado las lágrimas al ver el ataúd de su majestad la reina Isabel II, envuelto en el estandarte real, sobre la que descansaba la corona del estado imperial británico y el orbe y cetro del soberano.
Tras la salida de Meghan y Harry de la casa real británica, la relación con la familia real se vio muy debilitada, aún más tras la declaraciones de la pareja ante la BBC en la que acusaban a la casa real de racismo. Pero tras la muerte de la reina, ambos han apartado sus diferencias y se han visto juntos en más de una ocasión. Harry y William han llegado a caminar juntos detrás de el ataúd de su abuela.
Por otro lado, durante el día de hoy, vestidos de luto riguroso, Meghan ha estado acompañada de Camila, la actual reina consorte, Kate, la duquesa de Cambridge y sus hijos, el príncipe George y la princesa Charlotte, mientras que su marido iba junto al cortejo fúnebre. Durante la ceremonia en la abadía de Westminster, ambos sí que han mantenido un papel más secundario al sentarse en segunda fila detrás del resto de la familia.