Las puertas de la abadía de Westminster, en Londres, han abierto este lunes a las 8.00 hora local para la llegada de los más de 2.000 invitados que asisten al funeral de Estado por la reina Isabel II. Todos los invitados deberán desplazarse hasta Westminster en autocar y no en automóviles privados, pero hay una excepción: un mandatario podrá ir en limusina.
Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, junto con más de 500 jefes de Estado y mandatarios globales, acudirán a la ceremonia religiosa en una comitiva de autobuses. La única excepción será el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que acudirá al funeral en su coche oficial, conocido como ‘The Beast’ (La Bestia).
Este particular trato de favor hacia el presidente de EEUU ha sembrado la polémica, ya que otros embajadores habían pedido que sus jefes de Estado también pudieran desplazarse hasta Westminster en sus vehículos privados, algo que el protocolo británico no ha permitido.
Además del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el emperador de Japón, Naruhito, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la presidenta de la India, Droupadi Murmu, el vicepresidente chino Wang Qishan y el emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, están entre los asistentes.
Los principales mandatarios que han viajado a la capital británica asistieron anoche a una recepción en el palacio de Buckingham, invitados por el nuevo rey del Reino Unido, Carlos III.
Se trata de uno de los mayores eventos con mandatarios extranjeros que ha coordinado el Ministerio de Exteriores británico en las últimas décadas, para el que se ha desplegado un dispositivo de seguridad comparable al de los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012.